Opinión | Añoralgias

Mujeres en moto

Hace ya 20 años de casi todo. En julio cumplirá 19 la foto de Concha Velasco y Paz Felgueroso retratadas ante el Hernán Cortés a lomos de una Vespa, en modo ye-yé. Cuando Gijón ya rebosaba de turistas pero en aluvión de agosto, y el sector clamaba por eso que llaman desestacionalizar, que aquí suena más a plan ferroviario. Tras aquella sonrisa de las chicas ye-yé en moto promocionando destino turístico, la entonces Alcaldesa ocultaba cierto resquemor con los telediarios nacionales, que entonces no duraban una hora para meter todos los sucesos en el mundo acaecidos, pero ya apuntaban a la actual rueda de conexiones con la España festiva de sol y playa: San Sebastián, Valencia rotando con Alicante, Málaga, Sevilla tal vez, Madrid de contraste, Santiago y cierra España. "No te quieres enterar", editor del telediario, que en Gijón estamos a tope pero en tu escaleta ni aparecemos.

Aquel clamor que pedía más presencia gijonesa en los informativos de televisión evoluciona hacia el polo opuesto, al cabo de dos décadas. Ahora que a base de cambio climático, terciarización de la economía, puentes largos, el AVE con paradas, sidra y cachopos y hamburguesas de Champions acabaremos pidiendo no salir ni en las fotos de postal que televidentes remiten a los meteorólogos para su emisión, pues ya no cabemos más. La solitaria Vespa vintage aparcada a modo de reclamo turístico a la puerta del Casino es ahora un enjambre de tres mil scooters petardeando por Gijón un puente largo, cada uno con su "vespasiano" encima y hasta parejas en sidecar. Flamantes y lustrosas o pura chatarra (las motocicletas), venidas de medio mundo como una metáfora del overbooking.

Ya somos polo de atracción turística y destino residencial de moda, con inmobiliarias en Jove vendiendo a forasteros, a 400.000 el piso con terracina y vistas a la regasificadora, y El Natahoyo a la espera de que suene el pistoletazo de salida en Naval Azul. Ahí donde el choque institucional entre la actual Alcaldesa y la nueva presidenta de El Musel parece una riña infantil por el juguete de moda. Va ganando Moriyón a Roqueñí ante la opinión pública, porque tiene mejor prensa, pero ambas deberían apearse de la moto y negociar un acuerdo de mínimos, como la reposición de baldosas que faltan o cascaron en el Puerto Deportivo, donde la Comisión de Ocurrencias Urbanísticas de Gijón del Alma (COUGA) eligió en su día pavimentar con lascas de pizarra negra, para que se desprendieran mejor. Cruceristas desorientados ya preguntan a su guía local si la escala es aquí o en algún muelle bananero.

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