Opinión

Dejen de contar mentiras, tralará

La franja ya es pública y el Puerto no es un ente ajeno: es Gijón

Ni por el mar corren las liebres, ni por el monte las sardinas. Por mucho que se empeñe la derecha cada vez más recalcitrante que hoy gobierna Gijón, repetir una mentira no la convierte en verdad. La estrategia de Goebbels no va a funcionar aquí. Porque las gijonesas y los gijoneses sabemos distinguir entre hechos y propaganda, entre lo que nos pertenece y lo que algunos intentan arrebatarnos desde el ruido.

La primera gran verdad es esta: la franja costera de Naval Gijón ya es pública, ya forma parte del patrimonio colectivo de esta ciudad. Por tanto, basta ya de utilizar el nombre del Puerto como si fuera un ente ajeno, hostil o enfrentado a la ciudadanía. El puerto es Gijón. Lo ha sido siempre. Lo es en Fomento, lo es en Poniente, en el Arbeyal, en el puerto deportivo... y lo es, por supuesto, también en Naval. Quien intente separar esa identidad común está tratando de dividirnos como ciudad.

Nos preocupa profundamente la deriva frentista y polarizadora a la que nos arrastra el gobierno de Carmen Moriyón y sus múltiples derechas. Han decidido que el conflicto les beneficia más que el acuerdo. Por eso, mientras repiten que quieren diálogo, afirman con la misma contundencia que no van a cambiar de postura. ¿Entonces para qué sirven las reuniones? ¿Dónde está el consenso? ¿Qué tipo de cultura política es esta que desprecia la negociación como instrumento democrático?

Y lo más preocupante: mientras se arma ruido en torno a una franja de apenas nueve metros –que, insisto, ya es de todas y todos–, se elude deliberadamente hablar del verdadero problema. Porque el desarrollo del proyecto de economía azul del que tanto hablan depende, en realidad, de los terrenos de Pymar, que suponen alrededor del 40% del total del espacio. Son más de 20.000 metros cuadrados cuya adquisición es imprescindible para avanzar. ¿Qué ha hecho el Ayuntamiento para negociar con Pymar? ¿Cuánto costaría esa operación? ¿Está en marcha alguna gestión? Nada. Silencio absoluto.

Se ha optado por el enfrentamiento para tapar la inacción de estos dos años, para evitar que se hable de los verdaderos fracasos de este gobierno en el ecuador del mandato: del soterramiento imposible del muro de San Lorenzo, del abandono de los barrios, de los incumplimientos reiterados. Mientras tanto, convierten nueve metros ya públicos en una cortina de humo.

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