Opinión

Los lunes al sol un sábado noche

La platea del teatro Jovellanos se abarrotó. Es curioso el juego de luces del escenario, plantea un papel decisivo en la representación.

Se inicia la obra en la oscuridad. En el ecuador una farola pública es abatida por la bola de un gomeru. Al final, un rayo lumínico aproa la chalana fúnebre, olvidadiza de esparcir restos del compañeru, un brindis al sol.

De aquella historia laboral contemporánea, conflicto de Naval Gijón, a la infiltración de esa figura femenina, joven, que sintetiza el pluriempleo actual subsistiendo repartiendo comida. El desempleo, como de costumbre, revierte en los estados de ánimo ajuste de cuentas al edadismo que persiste en 2025.

La obra, con unos diálogos concatenados al silencio, mide tiempos y cambios de tercio ocasionales, representados en el chigre donde la etnografía reproduce la envolvente social del colectivo obrero, pinzas y electrodos pintan en acuarela una realidad industrial casi olvidada por las nuevas generaciones, el teatro se lo recuerda.

¿Quién les iba a decir a "Santa", "Reina" o "Nata" que los astilleros son hoy una industria militar? Que los buques son tanques, y saliendo del taller dispondrán de zonas ajardinadas para el esparcimiento, dejando el chigre que tantas botellas abrió para saciar disconformidades, hastíos y la derrota laboral cuando la unión hizo la fuerza.

Luces y sombras en el teatro Jovellanos se proyectan el sábado noche y los lunes al sol. A diferencia de otro tiempo con acomodador de linterna, hoy es el público que enciende sus móviles para silenciar cualquier irrupción externa.

En la escena de la nobel cantautora, hija del tabernero, se echó en falta alumbrarla unísono con nuestros faros portátiles, los móviles, innovación al aplauso en reciprocidad al juego de luces y sombras de aquellos lunes al sol este sábado noche en el que Gijón volvió a ser industrial por unos instantes.

¡El Naval no se cierra…! fue el grito.

Es una obra teatral que en otro tiempo hubiera motivado alzar las manos y saltar con los actores, a encender nuestros móviles.

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