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Opinión

Gijón, Nantes y Europa

La denominada "Autopista del Mar" entre El Musel y Saint Nazaire funcionó entre 2010 y 2014, y si bien los barcos iban bastante llenos de pasajeros, vehículos y mercancías se suspendió al disminuir las subvenciones estatales para tal corredor en el Cantábrico. Ahorraba tiempo y dinero respecto a autobuses o camiones al trazar una hipotenusa en el mar, ventajosa sobre los trayectos catetos por el norte de España y oeste de Francia. Los puertos de Gijón, Asturias y Nantes, Loire Atlantique, trabajan en la viabilidad del modelo económico para recuperar la conexión marítima, que probablemente sería más eficiente de prolongarse hasta Rotterdam, primer puerto europeo al ser de hecho la puerta naval de industria y comercio de Países Bajos y Alemania con el Atlántico norte.

Las subvenciones europeas al tratarse de un proyecto internacional pueden inicialmente contribuir a su despegue, pero una vez en marcha debe ser rentable por sí mismo. El objetivo es crear un corredor atlántico que incluya la costa de Portugal, norte de España y el oeste de Francia, entre otros medios, aprovechando las plataformas multimodales. Cabe señalar sin embargo que la Zalia lleva años como erial sin arrancar, a pesar de disponer de 2 millones de metros cuadrados entre Oviedo, Gijón y Siero, entre otras cosas por la falta de una subestación eléctrica que proporcione suficiente suministro de energía a almacenes, talleres o laboratorios.

Si el papel político de Europa y la ONU ha sido eclipsado por los EE UU de Trump en la cuestión de la guerra en Gaza entre Hamas e Israel, y el logro aparente de una tregua definitiva para encauzar el conflicto, que esperemos no se tuerza una vez más y fructifique la paz estable, el de España ha sido patético. Quizás la mayor aportación del gobierno de Pedro Sánchez ha sido alentar el boicot a la Vuelta a España. Ahora han convocado sindicatos de izquierdas una huelga general este miércoles 15 de octubre: ¿para reivindicar qué? Cuando un tonto sigue una linde y la linde se acaba, el tonto sigue -léase sectario-. Lo que tienen que hacer España y Europa es contribuir ahora en lo humanitario y comercial allí a su resurgimiento.

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