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Opinión

Base, fundamento y fundación deportiva en La Calzada

Las precarias condiciones existentes en la zona oeste para la práctica del deporte

Allá por el mes de marzo en artículo publicado en este periódico me refería al intento de varios clubes deportivos de La Calzada, cada uno exhibiendo sus razones específicas, en asociarlas  y trasladarlas al consistorio gijonés con vistas a dotar al barrio de infraestructuras viables, potentes y seguras en las que realizar sus actividades deportivas ante la evidente precariedad de las que disponen. El espíritu de aquella reunión iba en la dirección de crear una plataforma unitaria -sumar fuerzas- reivindicando un equipamiento polideportivo cada vez más necesario en el barrio. Ya, en aquella reunión, sobrevoló la idea de crear un ente fundacional territorial -tipo patronato- del deporte en La Calzada.

Sin embargo, aquel intento creador de sinergias como diversidad y fortaleza deportiva impulsado por los clubes fue motivo de choque con el concejal de deportes que, llegó a manifestar “se está politizando la cuestión deportiva”. O sea, más que considerar que el deporte debe de estar al alcance de todo ciudadano -en clave de bienestar- como derecho a la mejora física y mental disponiendo de instalaciones, centros y especialistas deportivos idóneos el señor Pañeda recurrió al uso de la polarización de la política para levantar la sospecha que tiende a desmerecer la causa reivindicativa antes de verificarla objetiva y oportunamente.

Con cierto paréntesis los clubes han dado continuismo a aquella primera reunión. Un siguiente paso fue la solicitud al ayuntamiento para que actuara de oficio ante la Autoridad Portuaria poniendo énfasis en la cesión de las instalaciones deportivas portuarias de Jove en barbecho desde hace varios años con vistas a la recuperación y a la readaptación pertinente.

En esa línea de seguimiento, de manera reciente, varios clubes -Club Baloncesto L’Arbeyal, Calzada Rugby, Club Rítmica Asturiana, Telecable Hockey y Club Voleibol La Calzada- han puesto sobre la mesa la creación del ente de referencia que visualice las precarias condiciones existentes en la zona oeste para la práctica del deporte reclamando espacios deportivos garantes y seguros. Además, en ese avance, sitúan las expectativas en la posible creación de una Fundación como sello de alianza deportiva con el apoyo del ayuntamiento a modo de patrono. Apuestan por un plan innovador y emprendedor -activos consustanciales al barrio- como plebiscito municipal clave que tienda a compensar el agravio comparativo y discriminatorio que sufre el barrio de la zona oeste respecto a otros barrios de la ciudad en materia de equiparación y de gestión polideportiva.

Dar pasos hacia el proyecto de la Fundación es apostar por el continuismo de la lógica del deporte que el Ateneo de la Calzada impulsó como estímulo de arraigo sociocultural a lo largo de sus 120 años de historia desde la sensación de pertenencia, identidad, costumbres y valores fundamentales. Una buena e ilustrativa biblioteca, además de muchas capas de intelectualidad en sus aulas nos demuestra que el Ateneo de La Calzada fue pieza esencial en la fomentación, formación y gestión del deporte. En esta pequeña isla del barrio -intrahistoria- sembrada de cultura popular se levantó un paraíso beneficioso en pro del deporte.

Espero que, por el bien de los clubes de La Calzada, asociaciones deportivas, deportistas y amigos del deporte en general se escriba la última página de desagravio municipal al sentirse desposeídos del tan necesario pabellón polivalente y unidad de gestión territorial.  Por tanto, deseo fervientemente el párrafo inicial de una nueva y fructífera línea correctora por parte del gobierno municipal en sintonía a lo que reclaman los cubes en cuanto al apoyo y patrocinio de la Fundación deportiva como fenómeno relevante. La apuesta de los clubes deportivos de La Calzada debe de ser estimada y asumida en su propia singularidad. La misma o -similar singularidad- a la ejercida, por ejemplo, por la asociación de clubes de fútbol base al gozar de autonomía en la gestión de las instalaciones municipales compartidas y en la forma racional de redistribución económica proveniente del Patronato Deportivo Municipal vía subvención anual.

Quizás estemos ante un proyecto que no está vivo aún, pero tampoco conviene darlo por muerto, en consecuencia, solo necesita oxígeno. Puede ser todo lo imaginario que se quiera, pero también posible y real, pues cuenta, con base (clubes), fundamento (razones), gestión responsable (directivas) y población dispuesta a colaborar. Sinceramente, creo que este argumentario puede y debe suscitar consenso suficiente para el éxito de la Fundación como patronato si se propicia el interés en cuanto a la creación estructural, de recursos económicos suficientes y de gestión administrativa deportiva. No queda más que pedirle al gobierno municipal que confíe en la solvencia de los clubes y que apueste por la viabilidad del plan como función útil que se puede administrar con realidad.

Decía Gramsci que lo nuevo tarda en hacerse y lo viejo tarda muchos años en morir. Aspiración a lo nuevo e historia vieja coexisten en el barrio de La Calzada como mérito vecinal fieles a si mismos.

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