Saltándome "los santos" y leyendo la letra pequeña de la profusa información de los principescos premios asturianos, me quedo, amén de con alguno de los discursos y aptitudes de los electos, con el pueblo llano apostado durante horas para ver in situ, cual boda del torero Cayetano en San Pedro, a los sempiternos vips regionales entrando en el Campoamor con pasillo de gaiteros (lo mejor sin duda y quizás lo único exportable) y, ¡ay! Con el menú con el que fueron agasajados los vips de los vips.
Nada que objetar a la opípara degustación, a tenor de la anunciado, de productos regionales, pero habiendo como hay una gastronomía de primera y unas excelentes escuelas aborígenes de hostelería ¿qué carajo pinta encargárselo a los alumnos, seguro que cum laude, de Pontevedra?
PD. Principado por Principado (a mí no me gustan las imposiciones) me quedo con el monegasco, pues además de haber tenido a Grace Kelly, otorgan lo óscar mundiales del circo y servidor, como el llorado José María Armero, que llevaba serrín en las venas, ama el mayor espectáculo del mundo.