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Crítica / Música

"Jarabe de Palo": menos latino, más personal

Pau Donés recorre los éxitos de su carrera en formato acústico

Este grupo marcó a toda una generación, aquella que a mediados de los noventa se vio sorprendida por el boom latino que se forjó en Miami y sirvió de catapulta para varios artistas españoles. La "flaca" de Pau Donés y los suyos marcó una tendencia que "Jarabe de palo" supo continuar en sus discos posteriores haciéndose un importante hueco en el panorama de la música latina. Por eso, no es de extrañar que el teatro Jovellanos casi se llenara un jueves por la tarde para presenciar un concierto que prometía repasar los grandes éxitos de su carrera. El último disco de la banda, "50 palos" (2017), alude a la edad de su líder y es una celebración de veinte años de trayectoria con versiones acústicas de los temas más conocidos, y la gira que este año le lleva por toda España, Italia y América va en esa línea.

Con un formato de cuarteto, sin apenas percusiones ni instrumentos eléctricos, las canciones de "Jarabe" tienen que sonar necesariamente diferentes a sus discos. Piano, chelo, contrabajo y guitarras acústicas fueron la base instrumental para arropar la particular voz de Pau Donés. Muchos han aludido a sus escasas dotes como cantante, pero si algo está claro en la música es que el gusto es subjetivo y los talentos no garantizan ni éxitos ni emociones, y de estas dos cosas sabe mucho este músico barcelonés.

Sus canciones suenan naturales en su tesitura y con su registro vocal y las melodías transmiten emociones entonadas con esa cantilación que Donés domina a la perfección. Quedó claro al inicio del concierto, con "Dicen" o "Tiempo", y el formato también se ajustó bien al carácter de "Agua" o "Déjame vivir". Sin embargo, la vertiente latina del artista se vio más comprometida; "Lado oscuro" perdió empuje, pero lo más duro fue escuchar "La flaca" sin un atisbo de energía. La gente esperaba con impaciencia el tema, acompañaron al cantante en cada verso, pero el clímax no acababa de llegar y Donés tuvo que sugerir al público que se levantara, cuando estaba claro que la música no lo iba a lograr por sí sola. Hemos escuchado la canción mil veces, pero siempre sonaba a rock latino, a Santana o Vargas Blues Band, y la expectativa no se cumplió.

Para entonces, el público ya estaba entregado, por lo que esto quedó en un detalle menor. En general, el concierto estuvo bien planteado, tuvo sus altibajos, pero mantuvo una tónica coherente y sonó bien. No obstante, en el aire se respiraba cierta melancolía; una curiosa mezcla de celebración vital, que Donés hizo explícita en "Humo", con dosis de incertidumbre y una pátina de carpe diem. La enfermedad con la que vive este músico, sin duda, está presente en su actitud y en sus canciones, y formó parte de la atmósfera del concierto. Más allá de esto, el concierto fue un baño de nostalgia para gran parte de los asistentes, y es de agradecer que "Jarabe de Palo" haya vuelto con una gira que es un auténtico regalo para muchos de los que crecieron con esta banda sonora.

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