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Tormenta de ideas

Másteres de saldo

Graves errores y deficiencias en el sistema universitario español

Algo hay que cambiar. Siempre me ha parecido que nuestra universidad, la española, necesitaba urgentemente una reforma total. Está más que claro que no estaban preparadas en absoluto para el plan Bolonia, algo que se lleva en Europa de forma totalmente distinta a como se ha implantado aquí. En Europa se trabaja por y para los estudiantes, se tienen que hacer muchos trabajos de investigación, y los exámenes casi no cuentan. Hablamos de aprendizaje cooperativo, de grupos de trabajo, de conseguir que los estudiantes salgan realmente sabiendo a lo que se van a enfrentar en su vida, porque estamos hablando de algo más que un trabajo, hablamos de vida, de realización, de esa palabra tan en desuso que se llama vocación y que muchos de esos estudiantes verán truncada.

Lo único que ha sucedido con el plan Bolonia es que han eliminado las licenciaturas de cinco años que se cursaban en universidades públicas, e implantaron los grados de cuatro años, que no te valen para casi nada, obligándote así, además de todo lo que pagas por matrícula de cada curso, a cursar un máster para ejercer, por ejemplo, mi profesión. Cuando yo estudiaba, hace más de 40 años, las matrículas eran prácticamente gratuitas y cuando acababas tus cinco años, ya podías trabajar sin ningún tipo de impedimento porque eras licenciada. Luego hacías cursos para especializarte, que oh, terror, aunque los tengo, no eran considerados como máster... Así que rabiada que estoy por no haber vivido en los tiempos de la Juan Carlos I.

Pero al grano, los psicólogos en este momento estudian, con matrículas altísimas, cuatro cursos de carrera que no les facultan para absolutamente nada. Y luego si quieren ejercer su profesión, deben realizar un máster para el que hay solo 20 plazas públicas, con lo que te obligan a cursar año y medio de máster a precios exorbitantes en universidades privadas, lo que se traduce en una elitización de la universidad, puesto que ese gasto no todos los estudiantes podrán costearlo. Y lo sé de primera mano porque tengo muchos estudiantes a mi alrededor, cuyas familias tienen que hacer verdaderos esfuerzos, pedir créditos, etc., para que sus hijos puedan desarrollar su trabajo. Me parece todo una trampa. La endogamia de las universidades es totalmente vergonzosa.

Todo se lo guisan y se lo comen ellas. Muchos de los profesores imparten esos másteres por los que cobran una millonada y no les remuerde la conciencia, porque este nuestro estado, sí, el del bienestar, ha cerrado la puerta de la universidad a muchas familias que no pueden permitirse esos gastos. Por eso no me extraña absolutamente nada todo lo que se está oyendo de diversas universidades. ¿Que muchos másteres los regalan? Seguro. ¿Que los doctorados están en tela de juicio porque el tribunal lo forman los amiguetes? Pues también, porque es evidente que algo no funciona en la educación universitaria. Se acalla la conciencia diciendo lo buenas que son algunas universidades, mientras se tolera el fiasco de otras, porque nadie es capaz de aprobar una ley de trasparencia que ninguno de los dos grandes partidos ha querido que saliera adelante. ¿Hay miedo de que muchos de esos posgrados de nuestros políticos se queden en nada? Por supuesto. De verdad, creo que todo esto lo único que hace es desprestigiar a nuestra universidad, en la que seguro que hay grandes profesores escondidos en la parafernalia de un poder que parece ser mucho más importante de lo que pensábamos. Un poder universitario que fabrica títulos a medida. Genial.

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