Responde preguntas de manera inmediata. Es especialista en la construcción de nidos seguros donde no falta alimento y cobijo. Argumenta, razona y explica las cosas con el menor número de palabras posibles. Sus respuestas suelen ser monosílabos pero perfectamente entendibles. No critica, no cuestiona, no se fija si vas peinado o con el pijama del revés. Aunque no lleva bolso le cabe toda la magia en los bolsillos del pantalón. No se enfada si la cama está deshecha o las zapatillas agujereadas. No entiende muy bien cómo manejar la Thermomix pero arregla las persianas a la velocidad del viento y ordena los canales de la televisión con una habilidad sorprendente. A veces no sabe dónde están colocados mis cuentos pero a él no le importa, se los inventa y es por eso que a mí me gustan más.
Cuando la profe me da un papel se limita a firmarlo porque sabe que ya está leído por mamá y confía en ella. Toma el café solo y sin azúcar sin poner cara de asco. Siempre se corta un poquito al afeitarse pero no usa tiritas. Pierde las llaves, su lavadora no distingue colores, da mil vueltas para aparcar, se le olvida que tengo inglés el jueves y no comprende mis dibujos, pero sin embargo me llama "artista". Siempre está trotando en el trabajo y cuando llega a casa camina de puntillas para ir a su lugar favorito: el sofá. Algunos fines de semana le duele la barriga y toma una medicina mezclada con tónica que lo recompone al instante. Sabe mucho de fútbol, historia y política pero no le preguntes por el análisis sintáctico de las oraciones. Mamá a veces para dormir necesita una pastilla, a él le basta con un documental de animales.
Cuando me lleva al parque y un niño se mete conmigo, una mirada suya lo pone a correr más que a Forrest Gump. Mi rincón favorito son sus brazos porque en ellos me siento protegido y seguro de lo que hay fuera. Aparta mis monstruos cantando, mis monstruos y todo lo demás. Le caben once bolsas de la compra en el maletero, una sillita, un elevador, el bolso de mano de mamá y seis paquetes de pipas. Me compra helados multicolor, me sube a hombros para ver fuegos artificiales y se baña conmigo mar adentro para hacerme olvidar por un ratito lo que es la dichosa orilla. Con todos sus defectos me gusta, no lo cambio por ningún otro. Es mi héroe, mi ejemplo a seguir y mi orgullo. Gracias, papá por darme raíces para ser fuerte y alas para volar.
