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Buscando el tratamiento

La batalla por dar con un método eficaz para luchar contra el covid

A pesar del esfuerzo de la industria farmacéutica por conseguir el fármaco idóneo en el tratamiento del covid-19; desgraciadamente, queda camino por recorrer. Actualmente, se están considerando tres tipos de estrategias:

a) Agentes retrovirales que compitan con el coronavirus en el receptor específico de la membrana celular para evitar su penetración.

b) Fármacos que destruyan el virus evitando su proliferación intracelular.

c) Vacunas que generen anticuerpos específicos (IgM-IgG) para potenciar la inmunidad.

Dicho esto, un fármaco prometedor es el Remdesivir, agente retroviral (ya activo ante el virus del ébola) que inhibe la replicación del RNA viral en el interior celular y, aunque su producción haya sido acaparada para consumo interno de EE UU por el "patriótico" presidente Trump, la farmacéutica Gilead ha cedido su patente para fabricar genéricos en otros países, fijando en Europa el coste del ciclo completo de tratamiento en 2000.

Según estudios preliminares, Remdesivir acorta el período de recuperación de pacientes con neumonía severa en un 30% si se administra precozmente; aunque no disminuye su mortalidad. Más aun, el ensayo clínico de la OMS, Solidarity propone combinarlo con otros retrovirales (tipo Lopinavir y Ritonavir) para potenciar su efecto, como en el caso del sida (Agencia Española del Medicamento, 28-5-2020).

Respecto la dexametasona (corticoide sintético de potente acción antiinflamatoria y de costo asequible), un estudio de la Universidad de Oxford con 2.104 casos de covid-19 indica que reduce su mortalidad un 33% en casos graves de ventilación asistida y 20% en tratados con oxígeno, sin beneficiar casos leves.

A su vez, la melatonina (hormona de la glándula pineal cerebral ligada al sueño y otros procesos neurofisiológicos) ofrece acción antiinflamatoria y antioxidante pero sin efecto inmunosupresor (como la Dexametasona); habiendo en España dos estudios al respecto.

Simultáneamente, se ha descrito la hidroxicloroquina, (utilizada para tratar la malaria), con resultados contradictorios y efectos secundarios (arritmia cardíaca), indicándose su uso exclusivo en ensayos clínicos. Lo mismo sucede con el Interferon (generado por la célula anfitriona como respuesta defensiva al virus), aunque con cuestionada eficacia.

Respecto la vacuna, procede destacar que este virus tiene capacidad de mutar en cepas más agresivas que la surgida en China (como la "D614G", detectada en EE UU por Scripps Research) (Redacción Médica,16-6-2020) y que ofrece un reducido plazo de inmunidad (dos o tres meses) en pacientes que han sufrido la enfermedad, salvo si la vacuna aportara una hipotética memoria que, de nuevo, generase anticuerpos.

En definitiva, ante el covid-19, todavía carecemos de tratamientos eficaces porque solo son de tipo sintomático. Consiguientemente, para afrontar el futuro, procederá huir del triunfalismo injustificado para mantenernos en un plano prudentemente realista.

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