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La memoria viva de Rosario de Acuña

El compromiso del Ateneo Obrero con la escritora y su obra se mantiene firme

En días pasados apareció en este mismo periódico un artículo titulado "Preparando el centenario de Rosario de Acuña", del que se desprendía cierta preocupación por que tal centenario se celebrara dignamente y, a la vez, inquietud ante la posibilidad de que el evento constituya una celebración más para "seguidamente entregarnos, de nuevo, al apacible letargo de la progresiva desmemoria", según palabras del propio articulista. Nada más lejos de la realidad. En absoluto ha existido ni existe tal desmemoria sobre Rosario de Acuña. Como es bien sabido, el Ateneo Obrero de Gijón inició su relación con la escritora en el mismo año de su fundación (1881) y le propuso la hospitalidad de nuestra ciudad para su residencia, a lo que ella correspondió manifestando su apoyo a las clases modestas de la ciudad y haciéndose socia de nuestra entidad en un vínculo que mantuvo hasta su muerte en 1923.

Pero las consecuciones logradas en su recuerdo no han sido ni espontáneas ni casuales. Apenas refundado el Ateneo Obrero, su junta directiva se dirigió en abril de 1984 al Ayuntamiento de Gijón pidiéndole que se recuperara el nombre de la escritora en el callejero gijonés, como había ocurrido ya antes de la guerra. Dos meses más tarde y en nueva petición, se le instaba a la adquisición de la casa del Cervigón y terrenos colindantes, a lo que accedió generosamente la corporación municipal. Todo ello gracias al celo, gestiones e insistencia de nuestro presidente de entonces Daniel Palacio. Al año siguiente publicamos una edición facsimilar, con introducción y notas biográficas de José Bolado, de la obra dramática "El Padre Juan", que tanta polvareda había levantado en el momento de su estreno.

La memoria persistía y, en 1992, este Ateneo promovió la edición de un folleto en el que se recuperaban algunos de los textos de la escritora y en el que también se incluía un reportaje gráfico que mostraba con satisfacción la rehabilitación de su morada, dedicada en aquel primer momento a Escuela Taller.

Cuando en 2003 llegó el momento del 80 aniversario de su muerte, nos preocupamos de su celebración y buscamos la colaboración del Ayuntamiento de Gijón e invitamos a otras entidades (Área Ibérica, I.E.S. "Rosario de Acuña", Coro Femenino "Rosario de Acuña", Equipo de Teatro "La Máscara", Tertulia Feminista Les Comadres, Amigos de la Logia "Rosario de Acuña", Ateneo Republicano de Asturias y Sociedad Cultural Gijonesa) con el fin de tributarle un homenaje lo más amplio posible. En el acto, que se celebró en su casa el 22 de junio de aquel año, intervinieron: el presidente del Ateneo Obrero de Gijón, el profesor José Bolado, quien glosó sus obras, y el tenor Gonzalo Quirós, que acompañado al piano por José María Montes, interpretó un retazo de "Aida" de Verdi y una pieza de "Il Trovatore". Se hicieron varios propósitos entonces: abrir un proceso de hermanamiento entre Gijón, Pinto (lugar de nacimiento de la escritora) y la ciudad portuguesa donde transcurrió su exilio; visitar los ateneístas dichos lugares; representaciones teatrales y recitales en torno a la obra de la escritora; un debate sobre la actualidad de su pensamiento; conferencia de José Bolado sobre su obra; procurar la recuperación y rehabilitación de la tumba de la madre de la escritora; apoyo al proyecto de la edición de sus obras; colocación de una placa en la senda que lleva su nombre y cerrar los actos con una ofrenda floral en mayo de 2004. Propuestas que, en tanto algunas se consiguieron, otras siguen pendientes.

Nuevamente en 2012, ante la inminencia del 90 aniversario, nuestro directivo Bonifacio Ortiz redactó un proyecto conmemorativo que se presentó a la Fundación Municipal de Cultura y se recurrió a otras instancias oficiales, con resultados desesperanzadores. Aun así, con algunos apoyos y con reducidos medios, el Ateneo Obrero de Gijón celebró tal aniversario de 2013 con una representación teatral, la proyección de un documental y una mesa redonda sobre la figura de la librepensadora.

Por lo demás, cada año le tributamos reiterados homenajes. Hacia el primer sábado de mayo, subimos a los altos promontorios de La Providencia para recordar a los asturianos víctimas del nazismo, especialmente en Mauthausen, y, a continuación, bajamos al Cervigón para, junto a la logia masónica que lleva su nombre, la Sociedad Cultural Gijonesa y la Tertulia Feminista Les Comadres, hacer una ofrenda floral y pronunciar unas palabras de recuerdo. Igualmente cada 14 de abril, después del acto de homenaje a las víctimas republicanas en El Sucu, en el Cementerio de Ceares, solemos pasar por la tumba de Rosario de Acuña en el Cementerio Civil y dedicarle unos momentos de silencio.

Falta por traer aquí, además, el ingente esfuerzo llevado a cabo por José Bolado, socio y antiguo presidente de este Ateneo, para reunir en cinco trabajados tomos las obras escritas de Rosario de Acuña, a lo que añadió, en generoso gesto, la donación al Ayuntamiento de Gijón de cuantos materiales relacionados con ella logró reunir. Resulta así evidente que en ningún momento ha habido tal "apacible letargo" ni "progresiva desmemoria", sino más bien continuado recuerdo sobre la que fue ilustre vecina de nuestra ciudad. Puede decirse incluso que el cultivo de su memoria, junto con la de tantos y tantas que lucharon en Gijón para mejorar la sociedad, constituye una de las insignias de nuestro Ateneo Obrero.

Ante ese centenario en 2023 y a la vista de nuestra trayectoria en este asunto, nadie debe dudar de que, en la medida de nuestras posibilidades, desplegaremos cuantos esfuerzos sean necesarios, buscaremos las máximas colaboraciones e involucraremos a cuantas instituciones se presten para celebrarlo dignamente y siempre con el firme propósito de, pasado el evento, mantener viva la huella de Rosario de Acuña en Gijón.

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