En la trascendente negociación sobre las ordenanzas fiscales, paso previo y necesario para alcanzar un pacto que permita sacar adelante los presupuestos de 2021, el gobierno local se debate entre el querer y el poder. La mayoría de los que pintan algo en la decisión, con la Alcaldesa a la cabeza y su socio de Izquierda Unida detrás, se decantan por reeditar la alianza con Podemos que tan fácil les ha hecho el camino en el primer año de mandato. Pero sus aspiraciones chocan con la cancelación del llamado "IBI para ricos", pilar en el discurso fiscal de la formación morada, que vende más caras las concesiones desde la llegada de Laura Tuero a la portavocía municipal. Si esta puerta no se abre, a los socialistas no les quedará otra que llamar a la de Ciudadanos, que está entreabierta desde hace meses. Lo que parece claro es que con Foro, que ha mostrado cierta disposición a una entente, no tienen mucho de qué hablar.
