El gobierno local tiene un as en la manga de cara al Pleno del lunes que debe votar los impuestos que pagarán los gijoneses el próximo año, aunque apenas haya negociado durante los últimos días, más allá de encuentros de andar por casa. Si finalmente ningún grupo de la oposición apoya su proyecto de ordenanzas fiscales, quedarán prorrogadas las del año pasado, que incluyen el llamado "IBI para ricos". Podrá culpar entonces al centro-derecha de haber propiciado la supervivencia de este tributo, como quiere Podemos. Así las cosas, la pelota está en el tejado de Ciudadanos y del PP, ya que Foro no parece dispuesto a respaldar una norma que deje fuera su rebaja a la hostelería. El PSOE e IU pueden por lo tanto lograr su propósito sin mover un dedo. Es legítimo, pero en democracia siempre es preferible hablar y pactar que forzar.
