La llama de Tabacalera se ha vuelto a encender después de que todos los planes anteriores hayan quedado reducidos a cenizas por la falta de planificación o por las disputas políticas desde que el edificio pasó a ser propiedad municipal, en 2005. Lejos queda aquel proyecto de Paz Fernández Felgueroso para convertir el inmueble de Cimadevilla en el necesario museo de Bellas Artes de la ciudad. Y también forman parte del olvido los propósitos de Carmen Moriyón, que decidió transformarlo en un centro multiusos, con vivero de empresas incluido, tras un eterno proceso participativo. Ana González presenta hoy, tras meses de darle vueltas, su idea de habilitar un centro de creación que comparta espacio con una pequeña pinacoteca, como adelantaron estas páginas. La Alcaldesa se juega mucho en el asunto porque este complejo iluminará, para bien o para mal, su gestión cultural durante los próximo años.
