Coincidí en varios cursos estivales de La Granda con Hevia Corte en todo lo relacionado con la Formación Profesional. Todos los veranos era ponente esperado porque se desmarcaba con conocimiento de causa de las diferentes propuestas para instalar la FP Dual en los centros educativo y en las aulas. Él era partidario de los alumnos aprendices en las empresas, como uno de los procedimientos más positivos para integrar a los alumnos en la vida de las empresas. Siempre disertaba basado en su experiencia empresarial personal; cómo había iniciado su singladura profesional de aprendiz y había llegado a lo más alto como empresario hecho a sí mismo. No tenía ningún complejo en apostar por los aprendices frente a las críticas de los que sostenía que el sistema didáctico de la figura del aprendiz, estaba basado en la explotación de los alumnos. Lo que el rebatía con solvencia y sin acritud. Ponía numerosos ejemplos prácticos como había logrado ayudar a muchos jóvenes que habían logrado formar sus propias empresas con esta formación profesional. Algunos de ellos asistentes a los cursos de La Granda confirmaban con sus propios testimonios las afirmaciones del empresario.
Otra faceta de este autodidáctica empresario era su mecenazgo cultural. Poseía una extraordinaria biblioteca que ponía a disposición de las instituciones culturales. Tenía una relación personal con el presidente honorífico del Ateneo Jovellanos del Antero Don José Luis Martínez (DEP). El Ateneo le concedió el Premio “Ateneo Jovellanos al Desarrollo Económico e Industrial de Asturias”, por su amplia trayectoria como empresario innovador en I+D+i. El mismo Ateneo Jovellanos, siendo presidenta Isabel Moro, dedicó al empresario un sentido homenaje, con motivo de la actividad “Recordando a Clarín”, en la que se repartió entre socios y asistentes, ejemplares magníficamente editados del extraordinario “Cómic” de la Regenta obra de Isaac del Rivero, uno de los más grandes ilustradores y dibujantes de este tiempo. Como decía la presidenta Isabel Moro en el emotivo acto, al entregarle una figura de Jovellanos: “Es el reconocimiento más humilde que ha recibido nunca. Nosotros no podemos darle una calle, solo afecto”. Pero el deseo de Isabel Moro se cumplió más tarde porque la entonces alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, logró que el Ayuntamiento le dedicase calle José Antonio Hevia Corte.
