En belleza, al igual que en otros sectores, hay que marcar la diferencia. Uno de los propósitos de mi vida es situar este sector en el lugar que se merece porque, lamentablemente, no siempre es así, y aún hoy sigue habiendo mucho desconocimiento hacia este mundo. Hace un mes, aproximadamente, el secretario de Salud Pública de Cataluña se refería a nosotras, sin pudor, como un colectivo de trabajadoras mayoritariamente femenino y precario. Y esto no se puede permitir. Indignación absoluta. No somos precarias, somos empresarias y generamos empleo a casi 300.000 familias.

Así que, nada de eso: somos muchas profesionales las que damos un servicio de calidad, especialización y excelencia. Hay algo que siempre he visto claro: belleza y salud han de ir de la mano. Entonces, ¿por qué no siempre se ve así? Supongo que se debe a que hay una parte de la estética más centrada en el aspecto decorativo, como el maquillaje o la manicura, por eso es tan frecuente asociar belleza a superficialidad. Aquí también habría muchos matices que aclarar, pero no son mis especialidades y no quiero entrar en ello. La belleza que yo he vivido, y que concibo, es eso y mucho más, es la estética avanzada, la que evoluciona, la de profesionales en continua formación, la que colabora y comparte casos con la dermatología, la fisioterapia y la cirugía.

Nuestro compromiso estricto con la seguridad

Todos y cada uno de nosotros somos responsables de cómo la sociedad ve y valora aquello a lo que nos dedicamos, ¿lo habíais pensado alguna vez? De ahí mi lucha, porque, cuanto mejor se trabaje en el sector de la belleza, mejor será nuestra reputación. Por eso doy ejemplo, y no con palabras, sino con hechos, y quienes me conocen, quienes nos conocen, valoran la estética. Porque este mundo interesa mucho, y es un sector seguro.

A modo de ejemplo, me gustaría señalar algún detalle, y justamente esos que a día de hoy son tan habituales: mascarillas, guantes, ventilación, desinfección... Siempre los he tenido muy presentes. Recuerdo al principio de la pandemia que se hablaba de ponerse guantes, pero que hubo que enseñar a la población en general cómo hacer un buen uso de ellos. Los guantes no sirven de nada si uno después se rasca la nariz o se toca la cara, o va con ellos de un lado a otro tocándolo todo. Los guantes siempre han estado presentes en nuestro trabajo, para todas aquellas actividades que así lo requieran, cuando no lavado e higiene de manos. Ya estábamos habituadas, por eso no necesitábamos esas aclaraciones, fundamentales, por otro lado, para quienes no los usaban habitualmente.

Y algo parecido ocurre con las mascarillas. La gran proximidad con nuestros pacientes hace que siempre hayamos usado mascarillas. Esto no es solo cosa del covid, tampoco queremos ni queríamos tener gripes, catarros... Y lo mismo con la higiene, porque belleza y salud, no me canso de decirlo, van de la mano. Por todo esto, ni yo ni las personas de mi equipo enfermamos con facilidad. Porque nuestro trabajo nos “ha obligado” siempre a estar protegidas.

Y en esta etapa que nos ha tocado vivir, más aún si cabe, nos apoyamos en un compromiso estricto con la seguridad a través de la aplicación de rigurosas medidas higiénico-sanitarias.

Un sector sin notificaciones de brotes por covid-19

De hecho, no existen notificaciones de brotes o infecciones por covid-19 (un 0,03 % de contagios desde mayo) en este ámbito de servicios, por lo que la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética ha pedido que se reconozca al sector “como un servicio esencial que aporta valor y cubre necesidades fundamentales de higiene, salud y bienestar de la población”. Más aún en este contexto sanitario, en el que atendemos en todo momento las necesidades del cuidado de la piel específicas de cada persona.

El confinamiento que comenzó el pasado marzo me hizo ver una vez más lo importantes que somos en la vida de tantas personas; por eso esos meses seguimos estando ahí, sin contacto presencial, pero asesorando, revisando, revaluando las pautas domiciliarias y, por qué no decirlo, también escuchando a nuestros clientes para acompañarles en aquellos momentos que eran duros para cualquier persona.

Y empezaba diciendo que en belleza hay que marcar la diferencia, y así es. Pero recordemos en todo momento que todo pasa por la responsabilidad personal. Cuidémonos.