La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Paco G. Redondo

Antiliberales

El verdadero progreso social frente al estatalismo e igualitarismo, que implica reparto de la pobreza

La Comunidad de Madrid ha bajado los impuestos y ha aumentado la recaudación en los últimos años, superando en PIB a Cataluña. ¿Cómo es posible? En realidad, no es nada nuevo, pues sucedió lo mismo en los EE UU de Reagan y el Reino Unido de Thatcher en los años 80, coincidiendo con el estancamiento de la URSS (Unión Soviética socialista, o sea ineficiente) cuando la gerontocracia de los de Breznev. Al aumentar el crecimiento económico, a medio plazo aumentan los ingresos, y ello permite disponer de más dinero para mejores políticas sociales. Ahora están empeñados PSOE, Podemos, ERC, Bildu y compañía en imponer una fuerte subida de impuestos a Madrid, cuyas políticas liberales funcionan y prosperan, como Caín envidiaba a Abel.

Un relato recurrente de los antiliberales es decir que en Madrid la sanidad está machacada, y que en Cuba y Venezuela tienen los alimentos escasos pero la sanidad y la educación funcionan muy bien. O sea, contraponen lo liberal a lo social. Los datos de la realidad dicen justo lo contrario. En los doce años de la etapa de Esperanza Aguirre se construyeron en la Comunidad de Madrid doce hospitales nuevos, a uno por año, y en 2018 era la región con mayor esperanza de vida (edad media al morir) de Europa, con 85 años. Sí es cierto que, en Cuba, isla de más 1.000 kilómetros de larga y con dictadura del partido comunista y políticas antimercado, tienen el pescado racionado. Y en Venezuela, dictadura del partido socialista y políticas antipropietarios, con las mayores reservas de petróleo del mundo, tienen la gasolina racionada: ¿eso es muy “social”?

El caso de Asturias también es significativo. Tras 40 años de políticas “progresistas” socialistas, es la comunidad autónoma española con peor evolución económica, laboral y demográfica. Ahí tenemos a Mieres o Langreo, que andaban por 70.000 habitantes en los años 60 y ahora bajan a unos 35.000, tras recibir ingente dinero mal gastado desde la “reconversión industrial” de los fondos mineros del socialismo de Felipe González. Los que van de progres guays aplaudirán con las orejas ese machacar a impuestos a los madrileños – que pagan las teles catalanas, pensiones asturianas y subsidios andaluces–, pensando que “lo justo” es incautarse lo ajeno. El verdadero progreso social es el liberalismo; el socialismo clásico, estatalismo e igualitarismo, es reparto de la pobreza.

Compartir el artículo

stats