Si los niños no pueden llegar hasta los Reyes, que los Reyes lleguen hasta los niños. Con esa filosofía trabajan los responsables de la sociedad municipal Divertia para tapar el enorme agujero que ha dejado en la programación navideña la inevitable cancelación de la cabalgata del 5 de enero, tan masiva como querida por los gijoneses. El plan, pendiente del permiso del Principado y adelantado ayer en las páginas de LA NUEVA ESPAÑA, consiste básicamente en que Sus Majestades de Oriente recorran todos los barrios y parroquias del concejo para evitar aglomeraciones y desplazamientos. A falta de perfilar los detalles, la idea apunta a acierto por tres motivos: es innovadora (ningún otro gran Ayuntamiento asturiano ha puesto de momento sobre la mesa propuesta sensata alguna), es factible (no implica romper las medidas anticovid) y debería ser barata. Eso sí, a Melchor, Gaspar y Baltasar les espera una kilométrica jornada antes de entregar los regalos.
