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La elegante escritora

Una amiga que fue madre ejemplar y luchadora

Corren malos tiempos para la vida, tal vez por eso algunas personas la han abandonado en estos meses tan aciagos. Sé que descansan ya en paz, sé que han cumplido su misión con creces, pero nos dejaron inmersos en una gran tristeza. Hoy a esa lista ya demasiado larga hay que añadir la de mi querida amiga Cuca Alonso. Amiga desde siempre, aunque no nos viéramos últimamente con demasiada frecuencia porque había ido retirándose poco a poco de esa vida social que siempre tuvo. Sentí desde que la conocí –hace ya muchos años– gran admiración por ella: como mujer, como madre y como luchadora. Como mujer, por su estilo, por su saber estar, por un refinamiento digno de pasarela: siempre “comme il faut” que dirían los franceses, y fue, por supuesto, una excelente madre: nueve hijos no son ninguna broma. Pero detrás de esa mujer en apariencia a la antigua usanza: ama de casa, con hijos, educada para ser esposa, había una mujer feminista; palabra que, por cierto, no le gustaba nada.

Pero lo era, era luchadora, y supo abrirse camino como nadie en un mundo en el que pocas mujeres lograban sobresalir. Ella lo hizo. El día que tomó el timón de su vida, con sus hijos ya criados como quien dice, decidió dedicarse a lo que mejor sabía hacer: escribir. Pero no solo eso, sino que a esa faceta de escritora y posteriormente novelista se unió la de psicóloga. Nos dio a conocer a través de cientos de entrevistas la vida y milagros de muchos personajes de este Gijón tan nuestro. Como el que no quiere la cosa, entre bromas y veras desnudaba al entrevistado para que pudiéramos conocerlo un poco mejor. Si alguien quisiese hacer la vida social de los últimos cuarenta años de la ciudad, lo tendría muy fácil: hemeroteca y Cuca Alonso. Y, ¡quién iba a decirme a mí que yo escribiría un día sobre ti, querida Cuca! Tú sí lo hiciste sobre mí. Te pido benevolencia cuando esto leas, desde donde quiera que estés, yo hubiese querido igualarte, pero tú fuiste única en estos menesteres. Descansa en Paz, te lo mereces y has dado lo mejor de ti en tu paso por este ahora más que nunca valle de lágrimas. Te echaremos de menos.

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