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Iván Pérez del Río

Dignificar lo profesional

La LOMLOE, una puerta a la esperanza para hacer frente al desempleo juvenil

España tiene una de las peores tasas de escolarización en FP (12% frente al 26% de media en UE). En los países de la OCDE donde la FP está más extendida, como Alemania, Austria, o Suiza, hay una media de 60 plazas por cada 100 estudiantes. España tiene solo 33. A nivel social, la FP ha sido y sigue siendo considerada como una carrera de segunda. El camino de aquellos con “poca valía” para el estudio, un fracaso frente al “ideal” de los estudios universitarios, la puerta para ser un “trabajador” sin aspiración a más.

La universidad es vista como una panacea. Los padres sueñan con la graduación de su hijo: una licencia, un máster… Sin embargo, los datos nos indican que tener una licenciatura no garantiza una vida mejor, o un trabajo seguro. En el año 2018 el desempleo juvenil fue del 30%, y solo del 7,35% en el caso de los graduados en FP.

Si miramos al futuro, las previsiones indican una tendencia de lo anterior. Según la agencia Cedefop, de la Unión Europea, en 2030 los nuevos puestos de trabajo que se crearán en España requerirán un 65% de profesionales con cualificaciones medias –Formación Profesional– y un 35% con altas.

Hace años las empresas españolas se vienen quejando de que los alumnos de FP no tienen la formación necesaria (de 172 programas, solo 25 han modificado sus contenidos). Por otra parte, la FP dual, un sistema que garantiza aún más la empleabilidad, aún no es un modelo “consolidado, estable y eficaz” en nuestro país. Desde el Real Decreto de 2012 donde se marcaron las bases de este tipo de FP ha crecido la oferta, pero muy lejos de las cifras donde está asentada. En Alemania o Austria, por cada 20 trabajadores hay un aprendiz (con contrato o remuneración mientras estudia).

La LOMLOE es una puerta a la esperanza. En ella, se recoge una renovación más ágil de los contenidos y títulos ajustados al empleo y a los cambios productivos. Además se abre a facilitar y flexibilizar el acceso a los estudios postobligatorios, así como la compatibilización con la actividad laboral.

España es el segundo país con la tasa de desempleo juvenil más alta de la UE (2017, 38,6% de paro), y con una tasa de abandono escolar de las más elevadas. Es crucial encaminarnos hacia los modelos de países con economías “más prósperas”, como Alemania. Ese camino pasa por dignificar la actividad profesional en cuanto a salario, condiciones laborales y una FP que responda a los desafíos de hoy.

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