Uno de los efectos secundarios que ha traído el multipartidismo al Ayuntamiento de Gijón, como a los del resto de España, es la proliferación de debates que exceden con mucho los asuntos municipales y que ocupan horas de dimes y diretes que no van a ninguna parte. Impulsados por las direcciones nacionales de los partidos para tratar de conceder a determinados temas mayor resonancia a cambio de sacar tajada política, los concejales hablan en la Casa Consistorial de todo lo humano y lo divino para “instar” después a alguien a que haga algo porque ellos no están capacitados por falta de competencias. Lo mismo da el Día de las Fuerzas Armadas que el cambio climático en Groenlandia. El caso es perder el tiempo porque para fijar posición sobre esos asuntos existen foros más adecuados y eficientes. Para colmo no abunda el manejo exquisito de la oratoria.
