Las cuentas de 2019 de Laboral Centro de Arte y Creación Industrial son la constatación de que la frialdad de los números hace innecesario el uso de calificativos. Según el documento, los ingresos por taquilla durante ese año ascendieron a 158,17 euros. Teniendo en cuenta que los gijoneses con tarjeta ciudadana y algunos foráneos acreditados disponen de acceso gratuito, el cómputo de visitantes que se rascaron el bolsillo, a dos euros por cabeza, apenas llega a 80. El equipamiento no nació con vocación de atraer masas sino de convertirse en un referente cultural a nivel nacional e internacional, abierto a horizontes desconocidos en Asturias. Y además ayudó a dar vida a un complejo arquitectónico decadente, como parte de un ambicioso proyecto. Nadie engañó al respecto. Pero eso no es óbice para que sus actuales gestores miren hacia otro lado mientras el espacio languidece, con el pretexto de las deudas. Visto lo visto, al menos, podrían dejar de cobrar.
