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Ellos eran cuatro

Los problemas de movilidad generados en el Muro y la avenida del Molinón

El arte de la política en las democracias consiste en hacer creer al pueblo que es él quién gobierna, aunque aquí en Gijón, tenemos sobradas razones para saber que no es verdad. Lo sabe el colectivo organizador de la marcha automovilística y motera que después de entregar 23.500 firmas contra la nueva ordenanza de movilidad, colapsó las calles gijonesas con más de 500 vehículos.

Lo sabe la plataforma ciudadana Stopmuro, que interpuso demanda contra el Ayuntamiento, tras registrar 14.000 firmas oponiéndose al cierre del paseo marítimo de San Lorenzo, para los coches y organizar una multitudinaria manifestación.

Lo sabe Por Gijón, que acusa al Ayuntamiento de “cargarse” el parque Hermanos Castro.

Lo sabe y está en contra de la nueva ordenanza de movilidad más de medio Gijón, excepto la silente alcaldesa, Ana González, y el concejal Aurelio Martín, que sigue empeñado con tozudez bufonesca en contar las cosas como no son, cumpliendo las consignas de extrema izquierda de su partido.

Y digo lo que antecede porque el concejal Martín “saca pecho” y, adelantándose al Consejo Social, afirmó lo que se hará en el Muro. La obra no era provisional, no. En la prensa ya anticipa (no hay peor ciego que el que no quiere ver) y dice que “lo del cierre del Muro no lo discuten más de cuatro”. “Habrá más peatonalización y más carril bici”. Y otra perla… “Las plazas eliminadas de aparcamientos no son tantas, unas 400”.

Engaña y lo sabe el edil. La cifra roza el doble, como también sabe que afecta muy especialmente a las pobladas zonas del barrio de La Arena, El Bibio, El Parque, La Guía, La Providencia, Somió y Cabueñes.

Da en todo Gijón un porcentaje del 1%. Pero en los lugares citados, es más del 60%, en clarísima discriminación con el resto de la ciudad y engaña también cuando habla (sin fechas) de un hipotético parking en altura tras el Museo del Pueblo de Asturias. Otra ocurrencia. ¿Quién va a dejar el coche por la noche allí a más de 1,2 kilómetros de la avenida de Castilla y de las zonas citadas?

Como gijonés, viví bajo el mandato de diferentes alcaldes. Recuerdo siendo muy niño a García Bernardo (¡ay, si viera cómo dejaron el Muro!), Ignacio Bertrand, Luis Cueto, Lantero, Palacio, Tini Areces, Paz Felgueroso y Carmen Moriyón. Todos ellos, especialmente los primeros, con escasísimos medios no como ahora, y en conjunto resolvieron problemas (no los crearon), evitaron enfrentamientos, administraron bien y atendían en lo posible las peticiones de los playos.

Sentían y querían a su Gijón, habían nacido aquí. Otros vienen, (en frase de Víctor Hugo) “Para hacer carrera, sembrando en un lugar y cosechando en otro”.

Cito como último, otro regidor de los que viví, no por olvido, al militar Cecilio Oliver, que tuvo la genial ocurrencia de organizar el movimiento peatonal en la cuesta de Begoña, subir por una acera y bajar por la otra, con vigilancia incluida de un policía municipal. Oliver, que dirigió dos años la ciudad, tampoco era de Gijón y tal ocurrencia sirvió de burla y guasa durante décadas. ¿Les recuerda algo al “cascayu”?

El problema de la reforma en el Muro, avenida del Molinón y aledaños, conduce a una grave alteración de lugares muy alejados de la ciudad y periferia, pero eso evidentemente, ni lo estudian ni les importa.

Y ya no se disfraza el paripé del Consejo Social a la carta, ni oyen al Colegio de Ingenieros y al de Arquitectos, que les recordaron que, “ordenanza” o lo que fuere, viene de orden, método y concierto de las cosas. El tiempo que lleva cerrada la avenida del Molinón sin uso alguno es una desvergüenza, incompetencia o hay “gato encerrado”.

Monótono y lento va pasando el tiempo, ya despedimos el fatídico 2020 sin que ni uno sólo de los grandes problemas que tiene Gijón se haya resuelto.

Qué puede esperarse si para Martin 38.000 firmas y dos manifestaciones en difíciles tiempos de pandemia son ¡cuatro! Y la Alcaldesa, habitualmente silente, en este asunto, anuncia que gracias a ellos “el Muro será recuperado para la ciudadanía”. Se ve que nos lo habían quitado. Ahora, “lo sostienen, lo recuperan y lo pacifican”. Lo de los anunciados comités de expertos y la participación ciudadana, como ya se sabía, era teatro.

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