La primera vez que alguien en Gijón escuchó en directo y vio bailar rock and roll fue el domingo 11 de agosto de 1957 a partir de las once de la noche. El local al aire libre fue la sede del Grupo de Cultura Covadonga en la calle Molino, hoy Emilio Tuya. Además de la actuación de la cantante italiana Serenella (muy popular en España por sus versiones de “Come prima” “Arrivederci, Roma” y “Ciao, ciao, bambino”) se escuchó rock and roll porque actuó también su marido, José Luis Sanesteban (así escribía su apellido), anunciado como “Rey del Ritmo y Maestro del Rock and Roll”. De hecho el evento fue anunciado como “Verbena del Rock and Roll”. Ese histórico día 11 de agosto de 1957, en plena Semana Grande, fue cuando el rock desembarcó en Gijón y lo hizo en el barrio de La Arena, en el Grupo.
El jueves 22 de agosto de ese mismo verano de 1957 en el Parque Gijonés, en la calle Asturias, actuaron Los 8 Locos del Rock and Roll, un conjunto que amenizó esa noche la verbena que organizaba el Centro Asturiano de la Habana. Los 8 Locos del Rock and Roll se anunciaban como “lo nunca visto en Gijón, el rock and roll, el baile de la era atómica ¡Dinámico! ¡Electrizante! ¡Arrollador! ¡Espectacular!”.
La prensa gijonesa no era muy favorable al tema: “Dicha música la constituye el temible rock and roll, una ensordecedora plaga recién llegada de Inglaterra tras hacer enormes estragos allende del Atlántico. En ella la armonía no tiene importancia”. Leemos también titulares muy alarmantes como: “Muere en Canadá mientras bailaba rock and roll” y años más tarde otros como “Se hunde el suelo mientras bailaban twist”.
El mes siguiente, para San Miguel de 1957, Los 8 Locos del Rock and Roll volvieron a Gijón pero formando parte del elenco del Circo Atlas, que llevaba como atracción principal a los payasos Hermanos Tonetti. El rock sonando bajo la carpa de un circo instalado en El Humedal. La cosa ya fue imparable.
