La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Filippo Priore

Por libre

Filippo Priore

El cáncer sigue presente

Una virulenta enfermedad que también hace mella en estos tiempos

Mañana, 4 de febrero, se celebra el Día Mundial contra el Cáncer. Una fecha que fue establecida en el año 2000, en el marco de una reunión que tuvo como sede París, y a la que asistieron más de un centenar de expertos internacionales –reales y no figurados; ya me entienden–.

En la “Carta de Paris”, acta de aquel pionero encuentro, quedaban plasmados por escrito el objetivo y el compromiso que asumía la sociedad, para que nunca faltasen los recursos necesarios destinados a la investigación y la prevención del cáncer, así como a la mejora continua en la atención médica a los pacientes. Se establecía también este 4 de febrero, como la fecha en la que cada año, ese compromiso entonces adquirido, sería recordado por todos y para todos.

En estos tiempos donde para la opinión pública, cualquier enfermedad que no sea el coronavirus –incluido el cáncer– queda si no totalmente, sí al menos parcialmente eclipsada, no está de más recordar algunas cifras, como la de que cada año se diagnostican en el mundo más de 14 millones de nuevos casos.

O que en concreto, en el pasado 2020 según la OMS, habrían sido casi diez millones las víctimas mortales causadas por el cáncer. A modo de sencilla comparativa estadística, las provocadas por el coronavirus rozarían los dos millones.

Y es que a tenor de algunas estimaciones, una de cada tres mujeres y ¡uno de cada dos hombres!, padecerá algún tipo de cáncer durante su vida. Si usted es varón y está leyendo esto, le daré una buena noticia dentro de tan funestos augurios: quien esto escribe ha lidiado con un cáncer hematológico –y aquí sigo capote en mano–, por lo que ojalá conmigo su estadística del 50% pudiera quedar ya cubierta.

En este 4 de febrero del 2021, en el que curiosamente se celebra también el Día Internacional de los Zombies, por aquello de que hemos alcanzado el completo absurdo de que todo lo que tiene nombre, ha de tener en consecuencia su correspondiente “día internacional”, sólo me queda compartir con ustedes, ironías al margen, mi sincero deseo de que quienes han de salir de ese estado de trance en el que parecen sumidos, cuales zombies burócratas, incapaces de tomar decisiones eficaces ajenas a cualquier mezquino interés político, encaminadas a superar la “crisis coronaria”, no por ello vayan a olvidar el que con el cáncer, todos los recursos que puedan emplearse siguen siendo pocos. ¡Muy pocos!

Sólo faltaría que algún iluminado, con la tez más morena que la de Michael Jackson de zombie en Thriller, apareciese cantando a los cuatro vientos aquella frase ya lapidaria para la historia, de que en este caso hemos vencido al cáncer. ¡Ojalá!, pero aún no hemos alcanzado esa ansiada meta. Hasta entonces, desde aquí todo mi ánimo para los enfermos que sigue causando, deseándoles de corazón la mejor y más pronta de las recuperaciones. En verdad por su coraje se merecerían todo el calendario y no tan solo un triste día en el mismo.

Compartir el artículo

stats