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Alejandro Ortea

Varadero de Fomento

Alejandro Ortea

Mazcaritos

Del Carnaval inexistente este año al metrotrén que parece no contar para nadie

Ya conocemos que la pandemia que tantas desgracias nos acarrea, por lo menos ha tenido la virtud de suprimir de cuajo las celebraciones carnavalescas en esta villa marinera por lo general tranquila. Pero, cuidado, que las once charangas más o menos conocidas de la localidad sugieren volver “con fuerza a darlo todo”. ¡Vaya por Dios! Podían aprovechar el año en barbecho para reflexionar e ir pensando en realizar sus celebraciones en el interior de algún recinto de tamaño suficiente y, de ser posible, a cubierto ya que por estos lares y en estas fechas hay agua y frío. Otros, leo, son partidarios de colocarse el disfraz por estos días hasta para ir a comprar el pan. Mira, no es mala idea, cada uno va al mercado vestido como le da la gana y, de ir disfrazado, seguro que provoca regocijo en algunos de los presentes, que los comunes de la gente somos bastante aburridos con eso de los atuendos.

Recuerdo que, por esta fechas hace ya unos cuantos lustros, estaba uno realizando un programa informativo en la radio y en esto que llega el momento de las noticias deportivas, se abre la puerta del locutorio y entra como una exhalación una bailaora andaluza, con su bata de cola verde de graciosos lunares blancos, los labios carmesí, los ojos tremendamente perfilados y un lunar pintado en la mejilla que se pone a dar la actualidad del Sporting. Tras un parpadeo de asombro reconocí en aquella voz al redactor deportivo de todos los días que de allí, se iba a toda mecha hacia un jolgorio carnavalesco. Los radioescuchas seguro que no percibieron diferencia alguna. El problema fue para la redactora que estaba dando el informativo, a la que se le puso difícil continuar hasta el final conteniendo la risa. Esas son las cosas inocentes de estas fechas. Lo que no es tan pacífico son las cornetas y tambores de las charangas que tanto perturban a la mayoría del personal.

Como con las mascarillas vamos todos enmascarados, comparecen en las escaleras de la Casa Consistorial lo que parecen ser los portavoces múltiples de los grupos municipales que no gobiernan para hacerse una foto que recuerde el día en que le dijeron a la gentil dama de Carbayonia que nos gobierna aquello de “no nos gusta la estación de trenes y autobuses en Moreda”. Lo dicen, hácense la foto y aquí paz y después gloria. Importa poco si la estación se pone a la altura de Moreda o del museo del Ferrocarril. Mucho hablar de esto, pero ni palabra del apeadero del metrotrén en la plaza de Europa o aledaños: ¿Qué más centralidad que esa?

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