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La ambición de un Gijón feminista, de vanguardia y sostenible

La apuesta por una ciudad amable para vivir y disfrutar de ella

La pandemia de covid-19 ha venido a cambiarlo todo. A nadie se le escapa ya que después de esta enorme crisis sanitaria, que está desencadenando en una profunda crisis económica y social, habrá consensos fundamentales e irrenunciables para quienes defendemos la democracia y los derechos humanos. Uno de ellos es, precisamente, la necesaria garantía de que el bien común, o los bienes comunes, se protejan y se cuiden.

El acceso a la sanidad pública, la educación, los ingresos mínimos para el sostenimiento de una vida digna, y la disponibilidad de diversos servicios garantistas independientemente de la procedencia del ciudadano o ciudadana que los necesite son incuestionables. Pero, aunque el discurso esté muy claro y buena parte de la sociedad lo comparta, es fundamental que la política de partido no se quede al margen del sentimiento. Es decir, la política de partido debe ser mucho más que una soflama o una consigna.

Desde el acuerdo de Gobierno de coalición que Unidas Podemos firmó con el PSOE se ha abierto una nueva dirección de Estado en este país. Y aunque es verdad que a nosotras nos gustaría que los cambios fuesen más y más rápidos, nadie puede negar que éstos se están dando: la aprobación del Ingreso Mínimo Vital, la interrupción de los cortes de suministros básicos y de desahucios, la ley del sólo sí es sí contra las violencias machistas, la posibilidad de los ERTE para el sostenimiento del empleo, son iniciativas reales y concretas que se han puesto en marcha gracias, en parte, a la presencia de Podemos en el ejecutivo.

En esta nueva dirección de Estado, las entidades locales tienen mucho que decir porque pueden ser ejemplo de hasta qué punto la gestión basada en la defensa de los espacios y los bienes comunes transforma la vida de las personas en lo más próximo. En este sentido, no tendría mucha razón de ser que mientras el Gobierno de coalición saca adelante medidas positivas, necesarias e inaplazables, no sin una dificultad manifiesta, desde el ámbito municipal no seamos capaces de hacer lo propio para que los lugares donde desarrollamos la vida cotidiana mejoren. Especialmente en todo lo que tiene que ver con los derechos sociales de las mayorías.

En Podemos Xixón, hace poco más de dos meses que hemos asumido una nueva portavocía. Se ha hecho como entendemos que han de hacerse las cosas: desde abajo, con la militancia, con el impulso de quienes han defendido el proyecto de Podemos a pesar de todos los pesares y de la mano de aquellas y aquellos que piensan en Gijón y en Asturias como un lugar para vivir, y no sólo para sobrevivir en medio de tantas dificultades.

En este tiempo, nos hemos reunido con buena parte de las organizaciones y colectivos que defienden los derechos sociales y que trabajan, también, para su efectiva protección y garantía. Igualmente, hemos querido encontrarnos con las organizaciones políticas con las que entendemos que es posible y necesario llegar a acuerdos de gobierno: con Equo, con quien compartimos espacio en el grupo municipal; con Izquierda Unida, al ser una fuerza hermana con la que es natural y deseable construir espacios comunes; y con el PSOE, porque es un partido de Gobierno en Asturias y también en nuestra ciudad que, a día de hoy y a pesar de todas las cuestiones que nos distancian, tiene capacidad ejecutiva.

Que nadie dude que, por tener esa disposición de sentarse a hablar, algo que debiera ser natural en la vida política de este país, nosotras vayamos a olvidar las razones que nos empujaron a hacer política institucional. Seguimos teniendo, más aún si cabe, aspiraciones muy claras: trabajamos por un horizonte republicano, feminista y ecologista. En lo local, ello se traduce en ambicionar una ciudad igualitaria, libre, emancipadora y sostenible. Una ciudad que deje de estar a la cabeza de la contaminación en Europa, que garantice el derecho a la vivienda, que tenga unos presupuestos públicos participados y amplios, que resulte atractiva en términos laborales para conseguir el retorno de tantos jóvenes que hemos perdido los últimos tiempos, que cuente con suficientes espacios verdes en todos los barrios y para todas las personas, y por supuesto, que disponga de servicios públicos y de cuidados que garanticen la vida digna para cualquiera. Amable para vivir y disfrutar en ella, que invite a permanecer y que sea ejemplo de lo que sí se debe hacer. Tenemos claro que la meta sigue siendo un Gijón feminista, de vanguardia y sostenible.

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