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Isabel Menéndez Benavente

Tormenta de ideas

Isabel Menéndez Benavente

La cuarta ola

Las contradiciones sobre las medidas de seguridad por el covid

La cuarta ola es absolutamente inevitable. Y no será por nosotros. Desde luego no por los asturianos, que llevamos un año con las medidas más restrictivas de España, pero sufriendo exactamente igual que otras comunidades los azotes del virus. Algo está fallando y ya no se puede más. Nos limitan hasta la posibilidad de viajar dentro de nuestra propia región, porque sí, mover, podemos movernos, pero tenemos la extraña prohibición de pernoctar fuera de nuestra casa.

No sé si está demostrado que, en los hoteles, casas rurales y demás, el bicho se encuentra a gusto y ataca además mientras dormimos, con nocturnidad y alevosía, que debe ser eso, porque si no, no acabo de comprender estas limitaciones, que se contradicen constante y continuamente con el sentido común. Y es que digo yo. Llegan las hordas de franceses, italianos y demás a Madrid, sin ningún tipo de restricción, todo sea dicho, y resulta que les dicen que Asturias es muy verde y muy guapina. Y van y se desplazan. ¿Existe algún tipo de medidas para que no pernocten en nuestros hoteles? ¿O ellos sí pueden y nosotros no? Absolutamente flipante. Se supone que están sanos sanísimos. ¿Se exige vacuna, se exige PCR? Nada, todo muy muy normal. Y es que tengo una obsesión que me persigue desde hace un año y es esta locura de normas 17 veces distintas en nuestro país. Resulta que podemos reunirnos en un restaurante con cuatro personas de distintos grupos convivientes, pero no podemos recibir a los nuestros bajo nuestro techo, aunque seamos cuatro porque son de distintos grupos de familia. Es absolutamente surrealista.

Y sigo con las contradicciones. Por favor, distancia de seguridad, y seguimos guardándola en colas eternas, mientras nos apretujamos en los autobuses en hora punta, porque poner muchos más y limitar el aforo cuesta mucho dinero, y en el autobús no nos contagiamos. Etc., etc. No podemos quitarnos la mascarilla por la calle porque es donde pillamos seguro seguro el “corona” del que va delante, que claro, va dejando una estela, pero podemos sentarnos en un restaurante con quien nos dé la gana y salvo que inventen comer y beber con ella (que todo se andará), estamos además salivando nuestro virus y compartiéndolo con otros comensales. La dirección de un país en esta pesadilla exige un verdadero sacrificio de servicio a los ciudadanos, y no seguir en esa partida de ajedrez en la que siguen nuestros políticos, para ver si derrotan a la reina, que en este caso es Ayuso. En eso están, en las mociones de censura y demás, meridianamente nuestro presi y el ya casi exvice… Parece que está claro de qué se están ocupando. Porque la cuarta ola de este tsunami está ahí. Y yo qué quieren, sigo esperando que lo paguen.

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