A la Universidad Laboral le hace falta orden por dentro y por fuera, como han venido a demostrar, casi al mismo tiempo, el proyecto para construir una porción del Parque Científico Tecnológico de la Pecuaria y las quejas de los profesores que imparten clase en el complejo debido a la deficiente distribución de los espacios. Por fuera, el Ayuntamiento tiene pendiente un plan especial de protección del entorno, previsto en la normativa urbanística de la ciudad y reclamado desde hace tiempo por parte de la oposición. Y por dentro, el Principado debería darles una vuelta a los usos para optimizar las instalaciones, algunas vacías y otras desbordadas. Porque en el colmo de lo increíble, resulta que muchos alumnos del mayor edificio de España se forman con estrecheces.
