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Jesús del Campo

No ahorrarás

Sobre el Gobierno de España, sus ministros y proyecto de Superliga de Florentino Pérez y Laporta

Dicen los periódicos que, con la pandemia, han crecido los ahorros de los españoles. Ha sido una imprudencia publicar eso, ahora hay riesgo de que quienes no han ahorrado como es debido protesten más. Vean si no a Florentino Pérez, que con gesto compungido ha pronunciado la frase del año: estamos arruinados, dijo el mandatario.

Tenemos un ministro que no sabe decir propuesto, un alcalde de Palma que no ha profundizado en la parte de la Historia que va de Trafalgar a la guerra de Cuba (o sea, en el siglo XIX: pero que no haya profundizado no quiere decir que el alcalde no conozca ese siglo superficialmente; sabe muy bien que el siglo XIX empezó cuando terminó el XVIII, y solo por humildad no añadió que el siglo XIX antecedió al XX; no lo dijo, pero lo sabe). ¿Está todo perdido? Ni hablar: las universidades son el gran depósito del saber, seguro que ahí hay una última esperanza. Y va el ministro del ramo y dice que a Clarín lo fusilaron.

Al ministro le pasa con los Alas como al lector de García Márquez con los Buendía: se enreda en los fusilamientos. ¿Te desanimas? No lo hagas, blandengue: la ministra portavoz Montero te sacará de dudas hablando de armonización fiscal con sintaxis cristalina. (¿Ahorraste acaso? Pues más a su favor: eres armonizable, Montero dixit). Naturalmente, con ese “dream team” en la política patria es normal que el presidente Pérez se queje de pobreza y que Laporta se sume al coro: España es tan profundamente de izquierdas que aplaude sanitarios a las ocho de la tarde y financia astros balompédicos todo el resto del tiempo. ¿Conexión entre esas noticias? Evidentísima: si no consintiéramos que una panda de ágrafos se aupara con descaro a los privilegios del poder fingiendo hacerlo por nuestro bien, y si pusiéramos a los ignorantes en su sitio, la ruina de la que Florentino y Laporta se quejan con desgarro no tendría sitio porque nuestro circo sería más decoroso. Nuestro problema es obvio: hacemos mucho caso de gente que no lo merece y eso forja un retrato colectivo, un collage disuasorio de mediocridades. ¿Pedirán los ministros de exteriores de la UE a sus embajadores en Madrid que les envíen de vez en cuando un minucioso informe de quién es quién en la actualidad política patria? Sería interesante conocerlos, es fácil intuirlos pelín demoledores.

Ahora, enredada en su pulsión taifas y castiza y malhablada de toda la vida, España necesita pasta de los que ni tienen Superliga ni consienten políticos grotescos. Escucha activa, dijo Sánchez que hizo cuando lanzó el sablazo a los luteranos. Si llega a ser pasiva, nos meten en Moncloa ministros alemanes (una breva que no caerá: ay, si cayera). Mientras tanto, un poco de compasión para Pérez y Laporta, no vaya a ser que un día nos llegue la justicia social y no sepamos qué hacer. Qué país tan interesante.

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