Llegados al punto en el que se encuentra el plan vías, provoca un profundo alivio que el Ministerio de Transportes haya aceptado mejorar las dos opciones que ahora mismo hay sobre la mesa: la de Sanz Crespo y la de Moreda de 2010. A esta rectificación ha contribuido el rechazo mayoritario en la ciudad a la ampliación de la terminal provisional y las exigencias del Ayuntamiento y el Principado, que tampoco han querido aceptar pulpo como animal de compañía. El proyecto original de Madrid para darle nuevos usos a las instalaciones actuales, además de impreciso, no pasaba de ser una broma de mal gusto porque ni cerraba del todo la cicatriz ferroviaria ni recogía el espacio destinado a los autobuses. En unos días se sabrá si a Gijón se le trata con un mínimo de dignidad.
