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Andrés Martínez Vega

Discípulo del padre Patac

La trayectoria intelectual de un gijonés nacido en Llanes y descubridor de monumentos olvidados

Con el sentimiento de quien pierde a un gran amigo, quisiera, a modo de esbozo, describir en breves palabras la trayectoria intelectual del gijonés, natural de Llanes, Isidoro Cortina del Frade con quien compartí tantas tareas en el Real Instituto de Estudios Asturianos. Había sido elegido miembro de número de esta institución en el año 1980, y admitido en la Corporación al año siguiente con un discurso titulado “Catálogo histórico de Gijón: San Julián de Lavandera de Gijón, San Juan de Fano y Santa Eulalia de Baldornón”.

Esta línea de investigación, inscrita en marcos temporales del Medievo, siempre ha estado presente en su trabajo de historiador y descubridor de olvidados monumentos asturianos y, fundamentalmente de Gijón, ciudad en la que discurrió su vida profesional. A ella dedicó prácticamente su actividad investigadora con trabajos referidos a San Salvador de Deva y su monasterio, al priorato de San Juan de Fano, o a la presencia de Gijón en la documentación de los archivos monásticos asturianos.

Como gijonés era un gran conocedor de la arqueología del municipio, y a una de sus parroquias, Santo Tomás de Granda, dedicó un extraordinario estudio de microhistoria, con una metodología poco usual para la época en la que describe puntualmente el proceso histórico de su evolución en el transcurso de los siglos.

Colaborador y, en cierto modo, discípulo del inolvidable padre Patac de las Traviesas, llevaba impreso en sus señas de identidad el amor a Asturias, y a aquel Gijón de Jovellanos por el que tanto lucharon para sacarle del anonimato. Precisamente, en el Boletín Jovellanista participó también con sus aportaciones ofreciéndonos múltiples noticias del padre Patac y buena parte de los silenciosos conocimientos que el jesuita atesoraba sobre aquella rica villa.

Sus aportaciones sobre el Gijón prerrománico y los datos para la historia de la Orden de Calatrava son unas más, entre otras muchas que lleva a cabo en colaboración con otros autores.

Como Miembro de la Junta Permanente del Real Instituto de Estudios Asturianos, bajo la dirección de don José Luis Pérez de Castro, siempre se mostró activo y decidido promotor de todas las iniciativas asturianistas de la Corporación. Su recuerdo y su memoria quedará impresa en todos nosotros.

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