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Jaime Torner

El centenario del Partido Comunista Chino

Hace días, LA NUEVA ESPAÑA publicó un artículo del embajador de China en España por el centenario de la fundación de Partido Comunista Chino, donde ensalzaba su logro de convertir una China históricamente débil, dividida y sometida a intereses extranjeros en otro país unificado, fuerte, con potencial militar y económico (siendo actualmente la segunda economía mundial). Comentada la noticia, proceden las siguientes consideraciones:

En primer lugar, revisando la Historia, China fue monárquica hasta 1912, cuando fue derrocada la dinastía Qing, convirtiéndose en una República dominada por el partido nacionalista del general Chang Kai-Shek, quien accedió al poder en 1928. Durante el período 1937-1945, China fue invadida por Japón (su gran rival) hasta su derrota en la II Guerra Mundial. En 1947, el Gobierno chino aprobó una Constitución con reformas políticas y económicas, insuficientes para controlar su gran inflación; produciéndose en 1949 la revolución del Partido Comunista de Mao Tse Tung, quien declaró la República Popular China tras derrocar a Chang Kai-Shek y forzarle al exilio en la isla de Taiwán, donde creó un país paralelo prooccidental.

En segundo lugar, la precariedad del pueblo chino fue notoria hasta la década de 1970, cuando se activaron varias reformas que han evolucionado al denominado “socialismo con características chinas”, destacando su paradójica distribución de la riqueza por primar las zonas urbanas sobre las rurales.

En tercer lugar, nadie duda de la tenacidad del pueblo chino para trabajar y progresar. Según el embajador chino: “Su PIB ha rebasado los 10.000$ per cápita, aliviándose la pobreza absoluta 10 años antes del plazo marcado por la ONU”.

Dicho esto, China decepciona en el campo de libertades cívicas porque la propiedad privada está poco protegida y su Gobierno “tutela” la libertad de culto, manifestación o expresión. Así, según Reporteros Sin Fronteras, China ocupa el lugar 173 sobre 179 países en el Índice Anual de Libertad de Prensa, destacando la reciente clausura del “Apple Daily”, periódico de la antigua colonia británica de Hong Kong; hasta ahora, único reducto chino con libertad de expresión, donde el Gobierno de Pekín incumple su propio lema de “Un país, dos sistemas”; mientras también parece falso que: “El pueblo sea dueño del país”, porque el Gobierno lo controla como si fuera un “Gran Hermano”.

En definitiva, actualmente, China es una potencia mundial que desafía la hegemonía política y económica de las democracias occidentales, aunque procede preguntarse: ¿a qué precio? Personalmente, pienso que solo pueden contestar esa pregunta los cientos de miles de chinos residentes en países occidentales (incluyendo España), porque disfrutan de libertades inexistentes en su país de origen y, por ello, deciden evitar regresar al mismo.

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