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Alejandro Ortea

Varadero de Fomento

Alejandro Ortea

Sin oposición

Al no tener rivales de consideración, los dirigentes locales confrontan con los regionales

Apena cuando formaciones políticas que gozaron de ciertas expectativas se vienen abajo. Es lo que sucede con Ciudadanos. Los de nuestra localidad van extinguiéndose poco a poco y su acción política ya no es ni errática. Por ejemplo, se empañan en desigual batalla con la ITV de Granda y, con el agotamiento de los argumentos de verdad, entran en el cenagoso terreno conspiranoico y ya el problema que ven es que su ubicación no responde a criterios técnicos. Cae toda la argumentación si consideramos que su colocación allí responde a la legalidad y que para los responsables de Itvasa, la concesionaria pública del servicio, sí responde a sus propios criterios técnicos que, a la postre, son los que importan, ya decimos, si las leyes lo consienten. En este aspecto, a los gobernantes les hubiera gustado, en este caso, que no existiera el delito de prevaricación. Y no se han cortado un pelo al decir explícitamente que no les quedaba más remedio que otorgar la licencia porque, de lo contrario, prevaricarían. Así y todo, pusieron todos los palos en la rueda administrativa que pudieron informe va, informe viene. Pero ya no les queda más remedio y, para salvar el trago, le echan la culpa, con toda la cara dura que son capaces de echarle, a la maldad congénita del Principado.

De todos es conocida la mala relación existente entre la gentil dama de Carbayonia y el prócer lavianés que manda en la provincia, mala relación que permea por ambas estructuras administrativas y que dan en un incómodo asedio a esta sufriente villa marinera, cuyos ciudadanos no se merecen en absoluto.

Por qué los alicaídos dirigentes que le quedan al Ciudadanos local no nos cuentan nada de esto. A fin de cuentas es uno de los problemas más grandes que acechan a la villa y su concejo. ¿Por qué no nos cuentan que la primera autoridad lugareña no se habla con el representante ordinario del Estado en la comunidad autónoma que, displicente, delega esta actividad en el vicepresidente Cofiño? Probablemente consideren que eso no es hacer oposición de verdad, aunque si lo hicieran rendirían un servicio a las buenas gentes gijonesas ya que presionarían a la una y al otro, aunque fuera para desmentirlo, a verse las caras y hablarse de vez en cuando. Es lo mínimo que merecemos.

Se nos fue el otro día Alfonso Peláez, el de la Droguería Asturiana, un establecimiento muy frecuentado por mí en la infancia. Coincidimos en muchas aficiones y disentimos en pocas, mas siempre con una relación cordialísima. Ya todos han enumerado sus auténticas virtudes. Descanse en paz y mis condolencias más sentidas a todos sus familiares, alguno tan profesionalmente cercano.

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