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Paco G. Redondo

Uso y abuso

Los vehículos no deben ser adictivos ni demonizados

Peatonalizar está bien, como casi todo, en función de criterios ecuánimes y circunstancias oportunas. No habrá alguien a estas alturas que argumente que la calle Corrida o paseo de Begoña en Gijón, o la de Santiago o la plaza Mayor en Valladolid estarían mejor actualmente con tráfico de coches en vez de ser espacios peatonalizados. En Gijón se ha sumado la avenida del Molinón, lo que tiene de positivo unir dos ámbitos verdes, el gran parque de Isabel la Católica, y el pasillo jardín de la orilla izquierda del riachuelo Piles. Por el lado negativo, la movilidad en vehículos, el acceso a eventos (fútbol, Feria de Muestras, rastro) y la pérdida de aparcamientos. Lo lógico sería haber sustituido esa pérdida por carriles en algún sector paralelo y habilitar otros estacionamientos en algún área cercana, con la óptica de mantener servicios necesarios.

Sin embargo, hay cosas municipales en Gijón que parecen hacerse no en beneficio de los conjuntos de ciudadanos, sino en una cruzada contra los coches por razones ideológicas. Quitan carriles y aparcamientos aquí y allá, como si creyeran que cuanto más fastidien a los conductores mejor lo están haciendo. Acaso piensen que el vehículo además de contaminante –como otras muchas máquinas- es capitalista, explotador y perverso. Lo cierto es que también es medio de trabajo y movilidad: furgonetas de reparto, taxis o autobuses. El desarrollo económico, la prosperidad y el siglo XXI no se entenderían sin los vehículos: coches, trenes, barcos o aviones. Acortan tiempos y distancias, favorecen el comercio, turismo y ocio, tanto en países de izquierdas, derechas o centro. Estar contra los vehículos no es ser progresista, es ser necio.

El problema está en saber diferenciar entre el uso y el abuso. Nadie dirá que la televisión o el ordenador son malos en sí mismos, aunque gasten luz o datos; depende la cantidad y el uso que se les dé. Lo malo es el alumno que pasa la tarde delante del televisor y no estudia, o el adulto que pasa el día enganchado al ordenador o teléfono móvil, y llega a confundir el mundo virtual con el mundo real. Tan absurdo es tener que ir con el coche a un lugar que está a 15 o 30 minutos andando, como pensar que los ancianos van a ir a todos los sitios en bicicleta, o una ciudad sin vehículos es una ciudad más moderna: puede ser una ciudad menos dinámica y más incómoda. En el paseo del Muro hay ancho suficiente para peatones, bicicletas, dos carriles y tranvía eléctrico.

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