En un artículo previo, concluía que procedía priorizar la elaboración de vacunas españolas del covid y que el profesor Luis Enjuanes, del CSIC, estaba desarrollando una vacuna administrada por vía nasal que, en su experimentación con ratones, ofrecía excelentes resultados. Acto seguido, desearía profundizar sobre este tema:
En primer lugar, los investigadores de la Universidad de Alabama F. Lund y T. Randall sostienen en la revista médica “Science” que las vacunas del covid administradas por vía nasal ofrecen tres ventajas importantes respecto las vacunas por vía intramuscular: a) Mayor facilidad de administración; b) Ofrecer una barrera local a la infección, reducir la replicación del virus y su difusión mediante la activación de la Inmunoglobulina “A” o los linfocitos “B” y “T” (de memoria); c) Dar mejor respuesta ante las nuevas variantes del coronavirus por incentivar “reacciones cruzadas” y una inmunidad de amplio espectro.
En segundo lugar, la técnica de la vacuna por vía nasal más utilizada esta basada en adenovirus atenuados de chimpancé porque todavía existe poca información sobre las vacunas por vía nasal basadas en el “ARN mensajero”.
En tercer lugar, se valora diseñar una estrategia mixta que asocie la vacuna por vía nasal con otra por vía intramuscular para potenciar su eficacia frente la pandemia; dado que, según Enjuanes, el covid ya ha contagiado a 214 millones de personas en 222 países del mundo con 4,4 millones de víctimas. Simultáneamente, Enjuanes también confía en la pronta disponibilidad de un potente agente antiviral (como la “aplidina”, con eficacia demostrada en el laboratorio).
Dicho lo cual, parece obvio que la infraestructura necesaria para administrar una vacuna por vía nasal resultará menos compleja que la vigente actualmente. Así, la vacuna podría ser registrada y administrada en cualquier farmacia, evitándose sobrecargar los Centros de Asistencia Primaria. Simultáneamente, ello reduciría el conjunto de personas sin vacunar, sea por estar ilocalizables o faltar a su cita: En Asturias, ese colectivo asciende a 70.000 personas, aunque el problema ha sido parcialmente solventado con la vacunación sin cita.
En definitiva, considero que las vacunas del covid administradas por vía nasal ofrecen un futuro muy prometedor y precisarán del máximo esfuerzo de nuestros científicos para que pronto estén disponibles ante la población general. Además, parece confirmarse el hecho de que las vacunas solo son parte de la solución a la crisis sanitaria del covid y que, para solventar definitivamente dicho problema, sigue siendo imprescindible poder desarrollar agentes antivirales eficaces y bien tolerados para su tratamiento sin ingreso hospitalario.
