Es la calle Atocha una de las más populares de Cimavilla. Cuando comienza, en la calle de la Vicaría, es muy estrecha; durante unos metros es la calle más estrecha de Gijón. Luego se ensancha y, cuando termina, tiene como añadido la llamada travesía de Atocha. Hasta 1977 existió también la calle Alto Atocha, hoy dedicada al practicante Francisco Rodríguez Álvarez.
Un misterio tiene esa calle Atocha: su nombre. Julio Somoza, en su callejero, comenta que Atocha es una palabra extraña en Gijón, y ciertamente es así. Ningún culto a la Virgen de Atocha hubo en Gijón y nunca existió una imagen de esa Virgen en ninguna capilla gijonesa. En Madrid sí, naturalmente. La leyenda dice que la Virgen de Atocha fue encontrada cerca de Madrid en un atochal (un terreno donde se cría esparto) durante la reconquista. Fue la primera patrona de Madrid, ahora lo es la Virgen de la Almudena.
En Gijón, nada de nada. Entonces, ¿por qué calle Atocha? La explicación es muy sencilla. En antiguos libros de nacimientos, matrimonios y defunciones conservados en el Archivo Municipal de Gijón aparece en muchas ocasiones el nombre de calle La Tocha en Cimavilla. Por el motivo que sea se convirtió en calle de Atocha lo que antes era calle de La Tocha. No sabemos quién era La Tocha, seguramente el apelativo de una mujer.
Otra curiosidad en el callejero local. Fernando Morán Lavandera (Gijón, 1728-1795) tiene dos calles en Gijón. Una, desde 1932, con su nombre y apellido en El Llano, y otra es la calle de Santa Doradía. En realidad, esa calle es desde 1875 la calle del Abad de Santa Doradía, y Fernando Morán Lavandera era precisamente el abad de Santa Doradía. También Quini figura dos veces en el callejero. En junio de 2006 se aprobó el nombre del parque de los Hermanos Castro y en noviembre de 2014 se inauguró muy cerca la avenida de Enrique Castro “Quini”. Pero reconozcamos que Quini “juega en otra liga”, con El Molinón llevando su nombre y con la puerta 9 también recordándolo. Igual que la número 1 lleva el nombre de su hermano, Jesús Castro.
