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Toli Morilla

Solo de trompeta

Toli Morilla

Son esas pequeñas cosas

Sobre lo que más importa cuando lo pierdes todo

Mientras cientos de palmeros huyen de la colada de lava que sepulta casas, tierras y planes, el presidente anuncia un nuevo ‘paquete de medidas’, rescatando el lenguaje felipista para el telediario. La fajana, el delta creado por la lava vertida al mar, es bautizada como ‘la tierra más joven de España’. Vemos las lágrimas de los vecinos de Todoque rescatando algunas mínimas pertenencias dentro de una bolsa de basura, enviados de golpe a la incertidumbre de un exilio interior, en una isla, su isla, que vista en la televisión transmite una gran sensación de claustrofobia.

Exhaustos reporteros deambulan al ritmo que marca el volcán. Buscan la última noticia de la devastación, el último vómito de la tierra, de la madre libre de conflicto moral que amenaza la vida de sus hijos, que desconoce lo que han creado sus entrañas, es más, no le importa y con absoluta indiferencia observa la eterna partida de ajedrez entre la vida y la muerte.

Acción gubernamental ejecutiva y suerte protegen la vida de los damnificados y hasta el momento no hay víctimas. Nuevamente, en las pantallas, el vulcanólogo número trescientos setenta y tres señala peligros e incertidumbres, más incertidumbre que otra cosa, recordándonos la fragilidad de la existencia planetaria que pone en jaque nuestro control, la seguridad y los planes; es imprevisible lo que pueda ocurrir. Quedar desposeído de todo lo necesario para vivir es una experiencia que produce un altísimo estrés. El instantáneo desamparo generará miedo a la pobreza y a la consecuente muerte social. En los primeros momentos uno no sabrá qué hacer, el presente se queda sin continuidad, el vértigo le llevará hacia un agujero negro coronado por llamaradas de magma en un extraño sueño del que quisiera despertar. –¿Qué puedo salvar? El dinero está en el dormitorio. ¿Y lo demás? –Un aullar de sirenas, luz azul intermitente, la escenografía del desastre preparada para rodar la primera temporada. –¿Y lo demás, qué es lo demás?

Gran parte de los entrevistados por los jadeantes corresponsales, atrapados, probablemente por la mayor urgencia vital que hayan vivido a lo largo de su existencia, responden que los recuerdos son lo primero que tratan de salvar de sus casas antes de ser engullidas. Fotografías y objetos familiares con profunda carga emocional, memoria de una vida recogida en esos objetos inservibles e inexistentes para el índice de un manual de supervivencia. Son esas pequeñas cosas (como cantaba Serrat) las que muchos de esos vecinos de La Palma se llevarían sin dudarlo a una isla desierta.

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