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Alejandro Ortea

Varadero de Fomento

Alejandro Ortea

“Conducator” a la violeta

Lo que es tomado como lo mejor no es lo bueno en la mayoría de las ocasiones

Al alcaldín para humos y coches, el comunista Aurelio Martín, le gustaría ser una especie de Ceacescu local de la movilidad y el medio ambiente, es decir, él toma las medidas y el pueblo soberano cierra el pico y se aguanta. No le faltan a este “conducator” hasta los aires grandiosos: la avenida del Molinón, la peatonalización de las calles que llevan al Muro, la supresión de un carril de circulación en el mismo Muro, el mal disimulado y pretendido cierre al tránsito de Rodríguez San Pedro y otras molestas travesuras que, aparte de costar unos considerables dineros públicos y otro tanto costarán para revertirlas en cuanto desaparezca del mapa, castigan y hace más molesta la vida ciudadana.

Al Grupo Covadonga le ha caído encima el “conducator” con todo su peso y ha emprendido singular combate por la desaparición del anillo navegable del Piles. Los ecologistas más furibundos, una minoría no lo olvidemos, están encantados con la medida y aplauden la decisión del dictadorzuelo ambiental adherido al organigrama socialista del mando local. Y no sólo se duele de ello en silencio sino que la emprende contra el Grupo porque este pretende defenderse ante los tribunales de justicia y les contesta en público de manera desabrida: ahí demuestra su calidad de dictadorzuelo. Podrá Su Señoría darle o no la razón al Ayuntamiento o al Grupo Covadonga, pero la tantas veces laureada entidad está en todo su derecho de acudir a las instancias que le parezcan más oportunas en defensa de lo que reputan como su derecho y el de sus socios.

A la finísima dama de Carbayonia le ha salido el fichaje por la culata, como ya ha quedado demostrado por aquí con anterioridad, pero es que las cosas van a mayores y no parece que el enredo tenga solución. No encontrarán ni la empecinada alcaldesa ni la torpe directiva local socialista solución a sus males. Últimamente son los presupuestos y su aprobación lo que les soplará al oído no meterse en la camisa de once varas de un cambio del equipo de gobierno consistorial. Y mañana será cualquier otra causa la que impida el cambio y así hasta que entremos en tiempo de descuento electoral y ya no merezca la pena cambio alguno.

Es imposible que no exista otra solución ambiental que la supresión del anillo navegable del Piles para mantenerlo en las debidas condiciones de salubridad. Otra cosa es que cual frenéticos ecologistas queramos un arroyo con sus juncos, sus pececillos y sus pajarillos aptos para ser utilizado como modelo de un concurso de fotografía de la naturaleza. Y eso es lo que pretende el “conducator” Aurelio: una postal, no una ciudad de verdad.

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