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Isabel Menéndez Benavente

Tormenta de ideas

Isabel Menéndez Benavente

A ti, a tus 16 años

A quien la vida se le paralizó durante demasiado tiempo y ahora no sabe cómo recuperarla

A ti, que representas a todos los adolescentes, a todos los que estoy tratando de ayudar. Al principio te veía esporádicamente. Pero, tras el confinamiento, fuiste apareciendo cada vez más a menudo, cada vez más hundido, más destrozado. Desde los 13 hasta los 19… Tú, que representas a todos esos jóvenes a los que no puedo llegar.

Y comenzamos una conversación que aún no hemos terminado porque sé que tengo que estar aquí para que al menos te sientas escuchado cada día. Sé que necesito toda mi fuerza para ayudaros y estoy en ello, te lo juro. Dices que nadie te entiende. Y me cuentas todo lo que ha pasado, lo que estáis pasando. Me lo dices mientras tratas de contener esas lágrimas que asoman, porque no quieres llorar delante de mí. Hablas despacio.

Me dices que durante este año te has perdido, que tu vida ha dado un giro de 180 grados, que todo tu mundo está patas arriba. Que ibas a clase sin ganas, sin motivación. Que nunca sabías qué iba a pasar, que te agobiaba pensar que quizás tu nota no llegara para hacer la carrera con la que has soñado tanto. El caos se adueñó de tu vida y yo pienso, cuando me lo dices, que el caos ya está dentro de ti por tu edad, y que sé que necesitas orden, rutinas, organización para que esta etapa sea menos dolorosa. Y me cuentas de los exámenes a golpe de pantalla, de los toques de queda, de tus padres nerviosos, teletrabajando con tus hermanos pequeños dando la lata. De que están a veces tristes, otras irritables.

Que te dan la vara con los estudios y que tú lo único que quieres es recuperar tu vida. Que quieres besar a la chica que te gusta sin miedo, sin normas, que necesitaste el abrazo de tus amigos, el consuelo, el hombro en el que llorar y que no los has tenido. Que tu vida se paralizó durante demasiado tiempo y que ahora no sabes cómo recuperarla. Me hablas de que ahora que empiezas a salir del pozo, todo te aterroriza. Que a veces no quieres ir al insti, que te quedas en la cama, que solo te relajas jugando a la Play porque quizás abusaste de ella durante el confinamiento y ahora es lo único que te hace desconectar de la ansiedad y de ese miedo que es ya parte de ti.

Que ahora sales a lo loco y fumas porros, y te emborrachas y que sabes que no debes, pero que no puedes ya controlar nada. Que a tu mejor amiga la acaban de ingresar por anorexia y que el otro día te contaron que una de tus ex se había tomado un montón de pastillas. Que no sabes qué está pasando, que la vida es una mierda y que no sabes cómo seguir… Y yo, cielo, solo pienso en abrazarte. En transgredir las normas de seguridad y darte mi refugio… Y lo hago y quiero, lo sabes, teneros a todos entre mis brazos.

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