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Filippo Priore

Por libre

Filippo Priore

El precio de la llingua

La necesidad de hablar claro

Así que todo este debate e intercambio de pareceres y posturas cual kamasutra político entorno a la cooficialidad, generado por quienes no debían tener ya suficientes y graves problemas que afrontar y resolver cuando llegaron al Gobierno de esta nuestra Asturias, Paraíso Natural, tanto a corto como a medio y no digamos a largo plazo, se reducía a la postre a algo tan simple y vulgar como ponerle precio al voto que puede inclinar la balanza en un sentido u otro.

Durante todo este tiempo transcurrido desde que el Presidente de todos los asturianos (debería recordar siempre esto último), se sacase de la manga eso de la cooficialidad “amable”, si bien sigue sin explicar en qué consiste tal “amabilidad” (complicado darle explicación a aquello que no es sino otra ensoñación, al estilo de la que protagonizasen los políticos catalanes afines al independentismo con su fallido referéndum de autodeterminación), su tocayo y portavoz de Foro Asturias en la Junta General del Principado y secretario general del partido otrora casquista, Adrián Pumares, se ha ido dejando querer con sus continuos guiños a la posibilidad de votar a favor de la cooficialidad de la llingua.

Pero hete aquí que como era de esperar y con los tiempos apremiando cada vez más, Foro Asturias ha puesto precio a su voto. Y no es barato precisamente, aunque hay quien dice que, en el seno del grupo socialista asturiano, se temían peticiones de mayor coste económico y social.

Siendo contrario a la cooficialidad, entre otros aspectos por ese tufillo a imposición de carácter político que conlleva, pero como defensor a ultranza de nuestra riqueza cultural, si ya antes detestaba que el asturiano (el que yo hablo y entiendo) fuese utilizado como arma política, sin servir para otra cosa que enfrentarnos en una guerra fratricida, me sangra el alma cuando compruebo que ahora se le pone precio a aquello que no lo tiene. Porque lo que se está haciendo, hablando en plata, es prostituir algo que debería ser sagrado y ajeno a cualquier tipo de mercadeo.

Ojalá fuese posible eso que pedía el concejal de Foro en el Ayuntamiento de nuestra villa marinera, Jesús Martínez Salvador, en su entrevista a LA NUEVA ESPAÑA la pasada semana, con una cooficialidad donde el asturiano se basara en un “modelo voluntario, sin imposición en la educación ni en la función pública y que sea jurídicamente viable”. Pero mucho me temo que, como madre, cooficialidad no hay más que una. Y es esa que vemos en las CC AA donde está aprobada y cuya “amabilidad” brilla por su ausencia.

Los asturianos nos merecemos de una vez por todas que nos hablen claramente (en castellano, que es la lengua en la que todos nos entendemos). Empezando por el coste que la cooficialidad supondría para nuestros bolsillos, castigados a base de impuestos que no dejan de engordar. Porque si ahora ya sabemos que la llingua tiene un precio para ser aprobada, no menos cierto es que el precio para implantarla y mantenerla sería mucho mayor.

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