La presencia de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad es constante y clamorosa. Como afirmaba en los primeros años del siglo XX Santa Tereresa Benedicta de la Cruz, filósofa y luchadora por la emancipación femenina; mártir por judía–católica en el gran holocausto nazi: “La mujer tiene los mismos derechos y misma dignidad que el hombre porque como él ha sido creada a imagen y semejanza de Dios”. Máxima dignidad de ambos sexos. Puede desempeñar todos los oficios y profesiones como el hombre con la misma dedicación, pero añadiendo el plus de su feminidad a todas ellas: lo que nada tiene que ver con la lucha que quieren imponer el neo-marxismo sexual.
Esta integración de la mujer en la sociedad tiene una relevancia singular en las Fuerzas Armadas. En ellas, las mujeres cada vez son más y con responsabilidades más importantes; desde el saldado al generalato, la mujer está presente en todos. Recientemente, Begoña Aramendia es general de la Fuerzas Armadas. Lo que supone un importante paso en el proceso de integración de la mujer en el Ejército. Su trayectoria militar está enmarcada en una carrera de 32 años de servicio, que culminaron en 2018 cuando dirigió la División de Igualdad y Apoyo al Personal, completando las políticas de defensa en este ámbito. Según sus propias palabras se siente orgullosa de ser un referente para todas las mujeres de las Fuerzas Armadas: la igualdad entre hombres no es un mito, como se prueba porque en la actualidad la presencia de la mujer representa el 12,9 por 100 de los efectivos.
Como soldado al servicio de España la general Begoña Aramendia tiene un largo historial nació en 1965 en la antigua colonia española Sidi-Ifni, es licenciada en Derecho por la Universidad de Zaragozoa, ha ocupado diversos destinos de asesoría jurídica y desde 2008 hasta este año ha ocupado distintos cargos en el órgano central de Ministerio de Defensa, el último antes de ser nombrada General, el de Vicesecretaria General Técnica. Pertenece al Cuerpo Jurídico Militar.
