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Pedro Roldán

23N: clamor por un trabajo decente

Ante el acto en el que participan numerosos colectivos para exigir mejoras laborales

El artículo 23 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 establece que toda persona tiene derecho a un trabajo que garantice una existencia conforme a la dignidad humana. No es casualidad que se recoja entre los derechos fundamentales el derecho a un trabajo decente y digno. El trabajo, la capacidad de transformar los recursos naturales para producir los medios materiales de existencia, es una característica definitoria del ser humano. El desarrollo de las democracias contemporáneas, gracias a la lucha histórica de las clases trabajadoras, ha complementado las libertades civiles clásicas con el reconocimiento formal de los derechos sociales y laborales.

Un mercado laboral decente es una condición imprescindible para que puedan desarrollarse plenamente los principios democráticos. Pero en las últimas décadas, la hegemonía de las políticas neoliberales ha impulsado la desregulación del mercado laboral, restringiendo derechos y agrandando la brecha de la desigualdad, socavando así los cimientos de la propia democracia. Esta profunda desigualdad y una precariedad crónica son las notas predominantes de nuestro mercado laboral. La juventud ve imposibilitado su desarrollo personal, al carecer de unas expectativas de futuro mínimamente ilusionantes, generándose una honda frustración que se traduce en una ola de desafección creciente, que erosiona las instituciones y las bases de la convivencia. Situar en el centro del debate social, político y cultural el derecho a un trabajo decente no es exclusivamente una reivindicación legítima, sino que es la auténtica vacuna contra la creciente pandemia de odio, que se nutre del miedo ante un futuro carente de certidumbres.

El movimiento asociativo cultural asturiano no podía permanecer ajeno ante esta realidad. Por ello, tres entidades culturales con una dilatada historia nos hemos conjurado para alzar nuestras voces por el derecho a un trabajo decente y digno. Hoy, en el teatro Filarmónica de Oviedo, diversos representantes del mundo cultural unirán sus voces a las de artistas como Jerónimo Granda, Nuberu o Luis Pastor; pero también a las de los secretarios generales de UGT y Comisiones Obreras, Pepe Álvarez y Unai Sordo. El mundo de la cultura y el mundo del trabajo caminan unidos una vez más en Asturias, por la defensa de un trabajo decente, por la defensa de la dignidad humana, por la defensa, en definitiva, de la justicia social y la democracia.

La Sociedad Cultural Gijonesa, la Ciudadana de Oviedo y Amigos de Mieres consideramos que este es el momento histórico para comenzar a construir la esperanza, revirtiendo décadas de precarización laboral y de restricción de derechos, precisamente ahora cuando se está debatiendo una reforma laboral que debe sentar las bases de un modelo laboral decente. La reducción de la temporalidad y la recuperación del papel de los sindicatos en la negociación colectiva deben ser la columna vertebral de una reforma que modernice nuestro mercado de trabajo, asentándolo en el derecho a un trabajo decente como garantía fundamental de una sociedad más justa, que ponga los cimientos de un proyecto de país digno.

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