La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Armando Nosti

Casado y la corrupción

Casado ya es historia del Partido Popular. Con menos de cuatro años a la cabeza del partido se va con un bagaje muy pobre y sin ninguna aportación de mérito.

Agarrándose a cualquier clavo ardiendo para desprestigiar al Gobierno de coalición, aprovechó la pandemia para embestirlo, con un desprecio total a las víctimas de una situación inesperada que hizo que durante un par de años, de momento, la situación fuera totalmente anómala. A medida que la situación iba quitando la razón a sus invectivas, fue acentuando sus ataques personales a Sánchez y su gobierno, no dudando para ello en resucitar a la hace diez años desaparecida ETA. Siempre se refirió a Unidas Podemos como bilduetarras, separatistas, bolivarianos o comunistas en su acepción fascista, con cuernos y rabo. Al presidente Sánchez le dedicó todo tipo de insultos, incluido el de felón, obviando que las únicas felonías eran las que él cometía cada vez que iba a Europa a “chivarse” de lo mal que estaban las cosas aquí, con la única intención de entorpecer el envío de los fondos de recuperación de la Unión Europea. Las consecuencias para la economía española y por tanto para los españoles, eran lo de menos, cuanto peor para España, mejor para él. En realidad, de lo único que puede presumir, es de haber llevado su partido a la extrema derecha, donde cada vez se siente, se sienten, más cómodos.

Sus pequeños triunfos vinieron de la mano de alguno de sus barones, en elecciones autonómicas, y claro, esos barones, que un día le adulaban, a la voz de su amo, cambiaron la chaqueta de un día para otro y las cañas se le volvieron lanzas. En un intento desesperado por mantener su posición, no dudó en denunciar la corrupción de la presidenta madrileña, para desdecirse al día siguiente. En realidad, la corrupción no le preocupaba, la corrupción fue su medio ambiente desde que le terminaron la carrera y le dieron el máster, hasta el último día, pero entendió que podía utilizarla como arma arrojadiza contra quienes ya le habían declarado la guerra. Si tenía papeles que demostraban la corrupción de la presidenta madrileña, y el tiempo parece confirmar que si los tenía, las posibilidades de que se haya vuelto atrás por otros documentos que a su vez la presidenta le mostrara en su contra, son importantes. En “la famiglia” pasan estas cosas. Más o menos todos tienen algún documento que bien utilizado le pueda servir de escudo. No es descartable que los famosos discos duros de Bárcenas, una copia de ellos, esté a buen recaudo en manos de algún implicado en espera del momento de utilizarlos. Un backup está al alcance de cualquiera y en tiempos de crisis, puede ser un tesoro, o mejor aún, un salvavidas.

Su despedida en el Parlamento, fue como sus intervenciones anteriores, con falacias y palabras sin sentido para quien conociera su trayectoria. Luego el pulso con sus barones para que no le defenestraran vergonzosamente y al final un adiós rodeado de los que habían sido suyos y ya no lo eran, que mientras le acuchillaban, aplaudían.

Y la bienvenida a quien puede ser su sustituto. Empieza bien, defiende la honorabilidad de Ayuso porque es la presidenta de Madrid. Sinceramente, vistos los antecedentes de anteriores presidentes, no sé si es un apoyo, un salir del paso o una puñalada por la espalda.

Compartir el artículo

stats