El PSOE ha entrado en una “campaña” exprés de poco más de una semana para elegir al hombre que liderará sus designios en la ciudad durante los próximos cuatro años, aunque a nadie le debería coger por sorpresa porque estaba cantado que el margen de maniobra entre la aclamación cesárea de Adrián Barbón al frente de la FSA y la batalla local sería escaso. No quiere el aparato regional, que acaba de engordar ligeramente la presencia gijonesa en sus distintos órganos (el cambio de Miguel Barrero por Lara Martínez en la secretaría de cultura ha sido el movimiento más comentado entre bambalinas), dilatar el fuego cruzado en La Argandona por riesgo a un boquete en la línea de flotación, con consecuencias directas en la plaza Mayor. Busca una operación limpia y desea la reelección de Iván Fernández Ardura. Tanto él como su rival, Monchu García, dicen tener apoyos más que de sobra para ganar. En unos días se sabrá quién domina mejor el arriesgado arte de contar militantes.
