La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Paco G. Redondo

Nulidad

De cruzada por un mundo sofista

Aprobada por el Gobierno otra reforma de la reforma educativa. Aunque en cada campaña electoral los principales partidos hablan de consensuar los fundamentos de la enseñanza española para darle estabilidad, a cada cambio de partido en el gobierno sus hechos pronto contradicen sus palabras, y ahora toca la ley de enseñanza socialista que reforme la ley de enseñanza del PP que reformaba la ley de enseñanza del PSOE. Lo primero es acabar con los itinerarios en la enseñanza secundaria, que los alumnos no puedan optar por diversas ramas según sus intereses y aptitudes, tal parece tuvieran alergia los planificadores estatales a la libertad de elegir personal. Lo segundo, más allá de la igualdad de oportunidades, implantar la igualdad de resultados a todos en todo; la manera de imponer todos lleguen al mismo tiempo a la meta es boicotear a los rápidos.

Con esta lógica sofista la mejor aula es aquella donde todos los alumnos saquen muy deficiente, y no aprendan casi nada, pues será la clase más igualitaria. En cambio un grupo donde haya muchos con Notable y Sobresaliente será la peor y más injusta clase, pues quien por su mérito logra un 9, habrá aumentado la desigualdad en un 900% respecto a quien obtiene un 1. La manera de imponerlo es ir vaciando de contenidos el aprendizaje. Ahora resulta que es muy progre guay estudiar la Historia sin cronología. Siendo la Historia el estudio de la evolución de personas y sociedades, y conocer su pasado proyectado para comprender nuestro presente, llegamos por deducción al absurdo. Desde luego, da igual los hechos y los datos, y tergiversar la historia, si se trata de repetir las consignas del panfleto del gobierno para su prolongación en el poder.

Otra notica de la semana, a nivel local, es el plan contra la movilidad en Gijón. Estos que no quieren pisos, ni vehículos ni fábricas ni turismo en la ciudad andan a ver cómo pacifican el tráfico, dicen. O sea que el ciudadano pueda ir en coche, taxi, furgoneta de reparto, ambulancia o autobús de una parte a otra de la ciudad lo consideran una guerra contra la ciudad, contra el clima y contra el mundo. Además de peatonalizar el paseo del Muro (y que no haya arena en la playa), y peatonalizar la avenida de la Costa, quieren que en la avenida de Pablo Iglesias solo haya dos carriles, uno de ida y otro de vuelta. Así de paso se cargan la industria siderúrgica y la automovilística. Gijón guay, sofista y sin empleos.

Compartir el artículo

stats