Al PSOE le toca en Gijón iniciar una permanente relación triangular entre la dirección local, la regional y la Alcaldía si no quiere que el año largo que resta para las elecciones municipales acabe con un tiro en el pie que le impida seguir caminando al frente del Ayuntamiento un mandato más. De la empatía, el control de las pulsiones y la capacidad de cesión que cada una de las tres partes muestre en adelante dependerá su futuro inmediato porque fiarlo todo a las siglas es siempre una operación de alto riesgo (¿alguien sabe cómo llegará la marca a mayo de 2023, con otro socavón económico en ciernes de dimensiones desconocidas?). Los malabarismos para ser uno y trino al mismo tiempo solo acaban de empezar. De momento, con recelosos tanteos.