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Javier Gómez Cuesta

Palabras con silencios

Javier Gómez Cuesta

El Aleluya Pascual

Muchas palabras y frases evangélicas han pasado al vocabulario popular, incluso al doctoral y al parlamentario, como “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra” o “la verdad nos hará libres”. Una de esta palabra es también “aleluya”, exclamación alegre y jubilosa propia de este tiempo de Pascua florida que significa “alabanza a Dios”. La liturgia cristiana la utiliza especialmente en el canto de la cincuentena pascual. Sugiere el abrirse con sorpresa a una nueva dimensión que nos inunda de alegría y esperanza. En el lenguaje popular, exclamamos ¡aleluya¡ cuando alcanzamos o recibimos alguna buena noticia ansiadamente esperada.

Sin duda, el aleluya más genial y exultante es el que musicó F. Händel en “El Mesías”. “Tocado por la gracia divina”, como él mismo dijo, compuso este oratorio en 14 días. En el estreno de Londres puso al rey y al pueblo entusiasmados de pie, lo que sigue sucediendo hoy en teatros y catedrales. Tan numerosa y universalmente interpretada, la enumera Stefan Zweig como uno de los “Momentos estelares de la humanidad”.

Propia de este tiempo es también la obertura “La gran Pascua rusa” de Korsakof sobre temas de la liturgia ortodoxa rusa. Es exultante y rebosa de alegría folklórica popular por este acontecimiento de la resurrección. Ojalá la escuchara ahora toda Rusia y el cruel Putin, y que su amigo el patriarca Kirill le inyectara en vena sabia de vida nueva enterrando el odio y ansias imperialistas.

Por diferencias sabidas de calendarios juliano y gregoriano, este domingo la Iglesia ortodoxa celebra con gran solemnidad la fiesta de la Resurrección. Después de casi un siglo de comunismo e ideología atea, Rusia es mayoritariamente cristiana. Putín suele asistir a la Pascua en la catedral de Moscú. Pero no aceptó la tregua pascual que le propusieron el papa Francisco y la ONU. La fe para él es un arma política.

En San Pedro de Gijón, los ucranianos, algunos de ellos venidos refugiados, celebrarán la Pascua ortodoxa católica. Con ellos suplicamos que acabe ya el camino de su inhumano e injusto (como el de Cristo) calvario y amanezca la luz resucitada y resucitadora.

Ante la tragedia de Ucrania, ¿qué nos puede decir este acontecimiento de la resurrección del Jesús de Nazaret? Dos cosas importantes: Que el lema cristiano de: amaos los unos a los otros, incluso a los enemigos, aunque sea con un amor de respeto social, es la única forma de lograr la paz y salvar a la humanidad. Y que los muertos resucitan. No pueden tener el mismo destino víctimas y verdugos, Zelenski y Putin. No habría justicia ni tendría sentido el mundo. Parece lo más razonable. Así lo sospechan hasta los de la Escuela de Frankfurt. Pascua es más actual que nunca.

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