Bajar el 1% el IRPF, a quien cobra el salario mínimo, le supone ahorrar menos de cincuenta euros al año. A un mileurista, más o menos lo mismo. A un pensionista, entre cincuenta y doscientos euros, la mayoría no llegaría a los cincuenta euros. A los que cobran comisiones por especular con la pandemia y la muerte, entre dos mil seiscientos y sesenta mil euros, eso, suponiendo que declaren lo que tienen que declarar, cosa que es dudosa. A los ejecutivos de las grandes empresas del Ibex les puede suponer más de cien mil euros anuales.
Lo que hace la comunidad madrileña con los impuestos es “dumping” fiscal.
Los impuestos no engordan la cartera del presidente Sánchez, como alguien dio a entender y muchos se creyeron o al menos repitieron. Los impuestos pagan servicios. Menos impuestos son menos servicios. Nuestro paraíso fiscal madrileño es la comunidad autónoma que menos gasta por ciudadano en sanidad y educación.
La comunidad madrileña tiene un déficit importante de sanitarios y de enseñantes y por supuesto de centros de salud y de colegios, pero está a la cabeza de colegios y hospitales privados.
Este año van a incrementar el importe de las becas a los alumnos de colegios privados y concertados, pasando de nueve a cuarenta y tres millones de euros.
Ahora viene Díaz Ayuso a reírse de los asturianos y Mallada y González henchidos de orgullo y satisfacción aplauden cada una de sus palabras. “Del socialismo se sale” dice Ayuso entre aplausos y vítores de los que creen que también se sale de la homosexualidad y todos esos vicios de la gente de mal vivir. Del socialismo salen los que entraron a medrar y no lo consiguieron, salen y fundan otros partidos, que normalmente acaban mal, pero que les dan sus minutos de gloria y con suerte, algún chiringuito que prolongue esos minutos.
De donde no se sale, es de la mafia, ni de la siciliana ni de las otras, a no ser con los pies por delante. Y el Partido Popular lleva ya tres condenas, y vendrán más.
Ayuso da lecciones de libertad y menta a Franco y se apoya en Vox. Ayuso da lecciones de honorabilidad y acepta la donación de bienes que garantizaban un crédito oficial de sus padres y justifica las comisiones de su hermano. Ayuso da lecciones de gestión en la pandemia con casi siete mil muertos en sus residencias en dos meses, y compras de material inservible.
Y a todo esto, ¿A qué vino a Asturias Díaz Ayuso? ¿No tuvo bastante con sus visitas a Nueva York y a Bruselas para que la entrevistaran Telemadrid y dos o tres medios afines? ¿Cuánto cuestan estos viajes y quien los paga?
¿No le correspondería la visita a Feijóo?
¡Tiembla, Alberto! ¡Votad, obreros del mundo!
