La “viruela del mono” es una enfermedad de transmisión vírica de animales a personas (zoonosis), endémica del África central y ahora propagada a la Unión Europea, mayormente a España, Reino Unido y Portugal; extendiéndose al resto del mundo en menor escala. Semejante noticia merece varias consideraciones médicas:
En primer lugar, según la OMS, esta enfermedad fue inicialmente detectada en seres humanos en la República Democrática del Congo (antiguo Zaire) en 1970. Desde entonces, se notificaron casos en doce países de la zona endémica, destacando el brote del Zaire (1997) y el todavía mayor de Nigeria (2017).
En segundo lugar, el reservorio natural de la enfermedad está en roedores y primates africanos con bajo riesgo de transmisión, precisando el contacto directo de animales infectados (por mordedura, arañazo, ingesta mal cocinada). Luego, existe el contagio entre humanos tras estrecho contacto físico con personas infectadas (por secreciones respiratorias, fluidos corporales, ropas contaminadas).
En tercer lugar, dicha enfermedad presenta una clínica más leve que la propia viruela:
Tras un plazo de incubación de 6-16 días, aparece fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, muscular y de espalda, agotamiento y adenopatías (inflamación de ganglios linfáticos) impropias de la viruela. Luego, surge la erupción cutánea (exantema) y lesiones planas (máculas) que evolucionan a pápulas, vesículas, pústulas y costras; localizadas en la cara (95% de casos), manos-pies (75%), boca (70%), genitales (30%) y conjuntiva (20%).
Presenta un 5% de complicaciones por sobreinfección bacteriana (neumonía, hepatitis, encefalitis, sepsis). El cuadro dura 14-21 días con mortalidad menor del 10% (20% en África), aunque en niños parece superior.
En cuarto lugar, el tratamiento depende de antivirales (en proyecto) y eventual vacuna, incluso mediante posible administración conjunta con la del covid-19. Actualmente, contamos con la vacuna de la viruela (85% de eficacia cruzada) aunque, desde 1980, escasea porque la OMS decretó erradicada dicha enfermedad. Además, procederá controlar el contagio animal a humanos y el tránsito procedente de zonas endémicas; evitar contactos cercanos con personas infectadas y, eventualmente, indicar su aislamiento (21 días). Finalmente, según la evolución del brote, procedería recuperar las medidas generales de prevención (usar mascarillas, distancias seguras, evitar aglomeraciones) y reforzar las normas específicas del personal sanitario.
En España, hasta el 5-6-2022, se ratificaron 186 casos en nueve autonomías con incremento de 30 casos diarios; confirmándose 141 casos en la Comunidad de Madrid, procediendo inicialmente de eventos multitudinarios.
En definitiva, estando la pandemia del covid-19 todavía activa, surge otra enfermedad infecciosa de menor transmisión e impacto epidemiológico que no parece eclipsarla.
